Palencia es una emoción:

24 febrero 2007

TVE también me censura a mí.

Lo siento, debo ser el único español al que no le importa que TVE censurara la entrevista a José María García, llámenme facha, si quieren. O leninista, que también serviría, recuerdo.
Yo fui seguidor del famoso periodista, le descubrí hace.... varios siglos, cuando todavía estaba en la cadena SER... Y le seguí durante bastante tiempo. Eso, el transcurso de la vida que llamamos tiempo, me permitió distanciarme y juzgarlo críticamente. Empezó por no gustarme que siempre tenía tooooooda la razón para él solito, jamás cedía un ápice en sus apreciaciones, jamás concedió una miajita de acierto a sus oponentes, qué intolerante era. Joé, casi parecía Dios, de puro infalible.
Alabo y bendigo su facilidad para la polémica, premisa imprescindible para un periodista. Atrae con facilidad a quien le escucha, prende con facilidad en el ánimo de sus oyentes, gana adeptos a cada minuto que se le preste atención. ¡Después de tantos años en blanco la que acaba de montar! Y sin embargo está demasiado cerca del circo, demasiado ruido, demasiado alboroto, demasiada tensión tapan la noticia, la difuminan y el periodista pasa a ocupar el lugar preeminente que en puro periodismo está destinado sólo a la noticia. Cuando el periodista es más importante que la noticia algo falla.
José María García tiene el derecho a decir lo que quiera, puede opinar lo que le de la gana. Puede abrir mañana un blog y decir sin cortapisas todo lo que le intentaron censurar, reconozcamos que sólo lo han intentado. En el primer minuto tendrá más visitantes que el blogero que esto firma en todo el día. O puede comprar una emisora de radio o de televisión y decir cuanto le dé la real gana sin que ningún censor se lo impida. A eso se le llama libertad de expresión, uno de los bienes más sagrados de toda Democracia.
Pero esa libertad no es la única, y puede que tampoco la máxima, manifestación de democracia. También existe algo que se llama respeto y educación. ¿O es que el respeto es menos importante que la libertad de expresión? Usted, amigo lector, sabe que las críticas que José María García hace se pueden hacer con otras palabras, con otras expresiones, con otro tono, con otro vocabulario, con diferente énfasis, sin que parezca que se va a acabar el mundo. Claro que a lo peor así tendría menos oyentes, menos lectores y sería menos polémico, menos mediático y, ay, menos circense.
Hace bien el director de Televisión Española en no prestarle su medio para que García ponga a parir a media España. La televisión de todos los españoles no debe prestarse a esa exhibición de incontinencia verbal del famoso comunicador asturiano. Que lo diga, como ciertamente ha terminado por decirlo, en otro lugar, en otros medios, que alguien le preste sus micrófonos, sus páginas para que lo pueda decir. Pero yo, supuesto editor de un importante diario, tengo derecho a decidir quién dice qué cosas en mi medio. Y Televisión Española debería siempre mantener un tono elevado, sin prestarse a números circenses que sólo buscan promocionar a un particular. Sí, sí, ya sé que la pregunta es si en realidad la Televisión que todos pagamos no cae en pozos parecidos en otras ocasiones. Pues no lo sé, lo siento, no veo lo suficiente esa cadena para poder saberlo, aunque es fácil presuponer que sí.
Nadie ha privado a José María García de decir cuanto le venga en gana. Ni a mí tampoco, por eso he abierto un blog y colaboro con alguna televisión regional, ya que RTVE no me invita a sus programas. ¿Me censura?

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