Ése y no otro parece ser, a juicio de grandes analistas, el problema principal con el que se va a encontrar el nuevo partido que apadrina Fernando Savater. Yo creo que, antes al contrario, ésa es precisamente la solución, faltaría más. Vistos los resultados de casi todas las últimas elecciones lo que hay que hacer es abrir espacios políticos, nuevos espacios políticos, que no me digan que toda España está concentrada entre un partido popular irascible que no condena el franquismo, que deja sus nombres y sus símbolos guerracivilistas en calles y plazas y un partido socialista que sólo puede gobernar si se apoya en partidos minoritarios, extremos y alejados de la clase media española. Gobernar en coalición con partidos como ERC o aspirar a hacerlo con Nafarroa Bai es muy semejante, en lo absurdo y peligroso, a la vida de esa mujer china que vivió setenta años con una bala de la segunda guerra mundial en la cabeza.
Si no hay más soluciones, si toda la variedad de España está contenida en esos dos grandes convoyes ideológicos es necesario colocarse en el medio de ellos y empezar a dar codazos políticos hasta que los dos grandes mastodontes de nuestra política se aparten y hagan sitio a una nueva España que reniega de ellos, de su forma de hacer política, de su forma de pactar y de lo que ellos entienden como ética política.
Hay mucha tela que cortar tras estas elecciones y si no la hay deben encargarse los interesados en que la haya. Ambos grandes partidos no pueden dar la espalda a millones de ciudadanos que deseamos que se entiendan, se moderen y piensen en nosotros, y si se la dan habrá que refundar la democracia, inventarse nuevos modos, nuevos líderes y nuevas filosofías de defender a la gente que se levanta cada mañana pensando en su trabajo, su casa y su familia, no en sus partidos, sus líderes y sus tejemanejes.
Ya aseguro que el gran primer problema de Savater sería encontrar apoyo económico con el que combatir a los grandes mastodónticos partidos y sus enmadejados intereses. Siempre hay que tener un mirlo blanco dispuesto a implicarse, toda aventura política es una aventura económica, los mismos bancos que nos cobran un 30% por un descubierto en cuenta perdonan millones a todos los grandes partidos, basta con echar un vistazo a las hemerotecas. Pero el dinero no es todo, acordémonos de la Operación Roca y sus millonarias inversiones.... todavía sin cobrar por los bancos y cajas que intervinieron.
Pero pensemos un poco más allá..., pensemos en la derecha, esa derecha que Ruiz Gallardón pretendió liderar hace tiempo. El mismo alcalde de Madrid se acaba de ofrecer como segundo para las próximas elecciones generales y por lo tanto como sucesor de Rajoy. ¿Y si a ese Gallardón con tantos enemigos dentro de su propio partido se le niega de nuevo la posibilidad de dirigir el PP? ¿Se imaginan dentro de unos años con un nuevo partido de izquierdas y otro de derechas? Se imaginan la sociedad española regenerada ética y políticamente con dos partidos dispuestos a no contar con apoyos en minorías interesadas y radicalizadas? ¿Qué tendrían entonces que ofrecer a la sociedad el PP de hoy y el PSOE de hoy? ¿No quedarían como partidos extremos cuya única salida sería la moderación y la ecuanimidad? ¿Qué aspiraciones tendrían entonces los partidos nacionalistas? ¿Qué espacio ideológico cubrirían?
Y ahora, permítanme volver a la realidad y respóndanme: ¿Está toda España ideológicamente concentrada entre un partido popular irascible que no condena el franquismo, que deja sus nombres y sus símbolos guerracivilistas en calles y plazas y un partido socialista que sólo puede gobernar si se apoya en partidos minoritarios, extremos y alejados de la clase media española?
Respuesta posible: Ustedes mismos, señores.
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