Hay veces que no está uno para tantos placeres. Estoy de vacaciones, pleno de fuerzas y de moral, el calor no aprieta tanto como nos han amenazado los meteorólogos y encima a Ibarretxe y los suyos se la han metido doblada.
Resulta que el Tribunal Supremo le ha ordenado al sabio lehendakari que coloque en todos los sitios donde deba estar la bandera de España. Léase, en su propio palacete gubernamental, en la academia de policía vasca y hasta en su cuarto de baño, si fuera menester.
Resulta que me gusta, que me considero español dado que recibí la gracia de nacer en Castilla y que doy por supuesto que nadie, ni siquiera Arzallus, Egibar, Ibarretxe o Imaz, (O Aznar, Rajoy y Zapatero, no se me confundan) pueden hacer de su capa un sayo y saltarse las leyes a la buena de Dios. Resulta que una Democracia es una Democracia porque la gente debe respetar las leyes que emanan del pueblo. Y que cuando llevan tantos años burlándonos y haciéndonos comulgar con piedras de molino resulta gratificante que los tribunales les lean la cartilla.
Penúltima reflexión: Nos va a dar igual, van a seguir haciendo lo que les da la gana, no hay bemoles para hacer cumplir esas leyes.
Última reflexión: Y eso porque los políticos no nacionalistas e implicados en el gobierno de España han sido y serán estúpidos compañeros de viaje, una legislatura tras otra, de esos nacionalistas que diciéndose demócratas se pasan las leyes por el arco de su triunfo. De su triunfo.
Resulta que el Tribunal Supremo le ha ordenado al sabio lehendakari que coloque en todos los sitios donde deba estar la bandera de España. Léase, en su propio palacete gubernamental, en la academia de policía vasca y hasta en su cuarto de baño, si fuera menester.
Resulta que me gusta, que me considero español dado que recibí la gracia de nacer en Castilla y que doy por supuesto que nadie, ni siquiera Arzallus, Egibar, Ibarretxe o Imaz, (O Aznar, Rajoy y Zapatero, no se me confundan) pueden hacer de su capa un sayo y saltarse las leyes a la buena de Dios. Resulta que una Democracia es una Democracia porque la gente debe respetar las leyes que emanan del pueblo. Y que cuando llevan tantos años burlándonos y haciéndonos comulgar con piedras de molino resulta gratificante que los tribunales les lean la cartilla.
Penúltima reflexión: Nos va a dar igual, van a seguir haciendo lo que les da la gana, no hay bemoles para hacer cumplir esas leyes.
Última reflexión: Y eso porque los políticos no nacionalistas e implicados en el gobierno de España han sido y serán estúpidos compañeros de viaje, una legislatura tras otra, de esos nacionalistas que diciéndose demócratas se pasan las leyes por el arco de su triunfo. De su triunfo.
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