Palencia es una emoción:

24 enero 2008

El alma del PSOE

Algún día se conciliarán las dos almas del PSOE. Porque el PSOE, como todos los partidos, tiene dos almas. Hasta algunos hay que disponen de varias, de modo que si no acaban en el diván del siquiatra es porque la disciplina de partido siempre supeera a la esquizofrenia. En el PSOE disponen, digo, por lo menos de dos almas, el alma de Bono y Rodríguez Ibarra ( y cuatro de ellos más, como por ejemplo Leguina) y el alma de casi todos los demás. Españolismo y zapaterismo, si se me permite simplificar hasta el extremo.

Intentan coexistir y llevarse como buenos hermanos, pero la verdad es que esa coexistencia se basa únicamente en que unos mandan y otros callan y obedecen. Disciplina de partido, ya lo he dicho, un mal que se extiende a todas las opciones ideológicas. Siempre se ha obedecido mucho en el PSOE, ya dijo Guerra que el que se moviera no salía en la foto. Y como todos quieren salir en la foto pues unos mandan y otros callan. A regañadientes, pero callan.

Rodríguez Ibarra siempre ha callado a regañadientes. Y salía en la foto. Pero por debajo seguía habiendo diferencias que todos conocían y soportaban. Las dos almas siempre enfrentadas pero calladas y taimadas, no se fuese a enterar el enemigo. Rodríguez Ibarra solía tirar la piedra y luego esconder la mano, no para que no le señalasen, sino para cerrar filas y disimular el escándalo. Antes que cualquier otra cosa, antes que su opinión, por encima incluso de su personal libertad, estaba el partido. Fidelidad.

Y al otro lado siempre los oficialistas, los contempladores, los que admiten todo tipo de componendas, soluciones, entendimientos y arreglos antes que enfrentarse al poder. Callar para resistir, resistir para vencer. Nada contra el poder, salvo si está punto de caer. A Rodríguez Ibarra, siempre disconforme, siempre inquieto, el poder, zapaterista o gonzalista, le ha traído tradicionalmente sin cuidado, algo que suele acrecentarse con los años y la experiencia.

Por eso puede defender en voz alta tesis diferentes a las oficiales de su partido. Por eso puede proponer que sin el PP no se vuelva a dialogar con ETA. Por eso propone que es más importante el acuerdo con el PP que con ETA. Por eso nadie le va a hacer caso, porque Rodríguez Ibarra ya no tiene nada que ganar ni perder, es ese abuelo de las batallitas que hay en todas las familias, que recuerdan a todos sus obligaciones y limitaciones y al que todos fingen respetar e ignoran. Rodríguez Ibarra es un cero a la izquierda del PSOE.

Algún día se conciliarán las dos almas del PSOE. Mientras tanto hay que callar para resistir, resistir para vencer. Nada contra el poder, salvo si está punto de caer. El PSOE.
Bueno, y cualquier otro.

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