Palencia es una emoción:

23 enero 2008

Si Ibarretxe fuera tan demócrata como yo

Soy demócrata firmemente convencido. En esto mi vulgaridad es extrema, soy demócrata como cualquier otro, como el que más. Pongamos que soy tan demócrata como el mayor demócrata del PNV, pongamos que por lo menos soy como Ibarretxe. Pongamos que a mí tampoco me gusta el Estado, que por cierto no me gusta nada.

Pongamos que no me gusta nada, que ciertamente no me gusta, que los homosexuales adopten hijos. Pero como soy demócrata sólo me queda aguantar y trabajar democráticamente para cambiarlo. No me vale cabrearme, llamar a la prensa y exponer mi inmenso cabreo. Sigo siendo demócrata y para mí siguen siendo válidas las leyes de la democracia. Acepto la situación que no me gusta y fundo un partido que tenga como misión cambiar esta ley.

Pongamos que sigo siendo demócrata y no me gusta que me impidan sacar a mi hija de España para practicarle la ablación, por ejemplo. Puedo intentar escaparme, si quiero correr ese riesgo, pero debo aceptar que los encargados de mantener las leyes me busquen y en su caso me impidan fugarme y me hagan cumplir la ley. De todas formas si soy demócrata, me aguanto, no saco a mi hija de España y obedezco la ley, que es lo que debe primar en una Democracia.

Si soy demócrata, y hemos quedado en que lo soy, ni harto de vino se me ocurriría expresar en voz alta el menor argumento de defensa, excusa, comprensión o simple atención para aquellos que quieren hundir la Democracia a base de bombas, tiros en la nuca y extorsión. Los rechazaré bien lejos de mí, no tomaré ni un café con ellos, sin importarme si son de mi pueblo o si defienden, a sangre y fuego, ideas semejantes a las mías.

Pongamos que tengo cuitas en los tribunales de justicia. Puesto que soy demócrata y la Justicia emana del pueblo voy confiado ante el juez, dispuesto a defender mis argumentos y a hacer valer mis razones. Si no estoy conforme con la sentencia, recurro cuantas veces sea necesario, buscando siempre que se me otorgue la razón que estoy convencido de poseer. Si en la última instancia vuelvo a perder, sólo me queda conformarme y aceptar que la razón es del otro. Con gran enfado y disgusto aceptaré finalmente las reglas de la Democracia, porque para eso soy demócrata, tan demócrata como el que más, por lo menos tan demócrata como Ibarretxe.

Entonces, si Ibarretxe es por lo menos tan demócrata como yo, ¿por qué desafió ayer al Tribunal Supremo e interpretó la sentencia que condena a Atutxa como un ataque del Estado Español a las instituciones vascas, por qué afirmó que “el Estado español, a través de sus instituciones, está consciente y permanentemente rompiendo el pacto de convivencia alcanzado en la Transición y no respeta las reglas del juego que esta sociedad acordó?” ¿Por qué no acepta, como demócrata convencido que es, los resultados de los Tribunales de Justicia?

Siendo un demócrata convencido, y por lo tanto respetuoso con las reglas del juego democrático, ¿por qué no acepta que las leyes no le autorizan a convocar un referéndum? ¿Por qué Ibarretxe es tan…., tan Ibarretxe?

¿Es Ibarretxe tan demócrata como yo?

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