Palencia es una emoción:

03 agosto 2008

Lluis Suñé, Extremadura y esta izquierda de hoy.

Que la izquierda española ha perdido el norte ya no es secreto de Estado, todo el que tiene ojos y oídos abiertos puede comprobarlo simplemente dando un repaso cotidiano a los periódicos españoles. El problema es que no parece haber recambio, que si ellos han perdido el norte la derecha no parece conocer su ruta de navegación. España es así, qué le vamos a hacer.


Si le contaran a Marx las alianzas del PSOE o de IU con la derecha nacionalista se partiría de risa. Si de pronto cayera en la cuenta de que no era un chiste sino pura realidad pediría perdón a la Humanidad y quemaría en la hoguera pública todos los ejemplares de “El Capital”. ¿Izquierda y nacionalismo? ¡Vade retro, marxistas!


Lo de esta izquierda y los nacionalismos es una alianza contra natura, lo que se explica sólo en estos tiempos en que hemos elevado a los altares de la modernidad el matrimonio antinatural, tiempos cuyos iconos máximos son un par de homosexuales (iba a poner “maricones” pero cambio de intención no por ser correcto en lo político, sino por quererme lo máximo a mí mismo, no vaya a ser que el lobby gay pida mi cabeza, que no faltaría quien se la entregara en bandeja de plata) que salen por la tele a hacer gracietas. Cómo habrán cambiado los tiempos que antes nos reíamos con los chistes de maricones y ahora les adoramos en esos altares en nuestras casas que llamamos televisiones.


Pero estaba con otras alianzas contra natura, las políticas, las de los partidos supuesta y teóricamente de izquierdas que se alían con los nacionalismos, o tempora, o mores. Resulta de pronto que los partidos de izquierdas, al mismo tiempo que mantienen la retórica de las clases sociales, se alían con las castas dirigentes de la acomodada burguesía. Los partidos que nacieron para acabar con la división social y se llenan la boca con la oratoria del gasto social se apoyan en los votos de las castas dirigentes, los anticlasistas aliados con los clasistas, revolucionarios con conservadores ¿cabe convergencia más dispar de intereses?


Y encima el lumbreras ese de Lluis Suñé es militante de esa izquierda antinatura, antilógica y antimarxista que en vez de defender a los parias de la tierra, por muy extremeña que sea esa tierra, pretende defender las esencias nacionalistas catalanas. ¡Esos sí que son parias, los nacionalistas catalanes, digo, necesitados de ser defendidos por los hijos de Carlos Marx contra las agresiones de cualquier potentado “nen extremeny”. La patética actuación de este impresentable es el perfecto espejo de una izquierda que ha perdido el norte, el oremus y la razón. Es el paradigma de una izquierda que ha abandonado, salvo en la retórica más comercial y propagandista, las esencias que siempre le fueron propias de defensa de los débiles y necesitados, de los explotados. A no ser que consideremos explotados a los nacionalistas catalanes, en cuyo caso habrán de cambiar de himno: de “La Internacional” deberían pasar a “Els segadors”. Cuestión de gustos, cuestión de preferencias musicales.


Para esta torpe izquierda hoy no hay clases sociales sino nacionalismos sociales, han convertido la lucha de los parias de la tierra en la lucha de los nacionalistas; para ellos la famélica legión es Cataluña que tiene que ponerse en pie ante las violentas agresiones de las Hurdes. Ahora también sabemos que entienden al revés, justito al revés, la lucha de clases.


Lo menos que puede esperarse de esa izquierda montaraz, a la que le es ajeno el pensamiento del pueblo llano al que cree defender, es que depure al tal Suñé, a la izquierda siempre se le han dado muy bien las depuraciones. Tiene larga experiencia.


Pero haya calma y tengamos paciencia, dentro de poco las cosas volverán a su ser habitual: el tal Suñé ya ha anunciado querellas contra los que le critican. Que me apunten.

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