Palencia es una emoción:

01 agosto 2008

Que le arreglen el clítoris a la sanidad española.

Lo acaban de hacer en Cataluña, siempre pioneros, y no tardará en extenderse a toda España: Le han recompuesto el clítoris a dos ciudadanas a las que se le habían amputado. Me parece bien, lo apoyo, apoyo todo lo que sea luchar contra la barbarie. No es más que una gota de agua en un océano de salvajismo de la edad de piedra, pero se trata de dos personas menos en sufrir la barbarie. Y se ha hecho con fondos públicos, lo que ennoblece a la sociedad, aunque sea una sociedad que también aborta con fondos públicos.

Es curioso cómo se desarrollan aspectos solidarios de la sociedad mientras se abandonan otros infinitamente más “sociales”, por utilizar la palabra que Zapa vuelve a poner de moda. Al mismo tiempo que admiro que una sociedad adelantada, avanzada y progresista se dedique a reparar detalles tan íntimos no puedo olvidar que hay multitud de problemas sanitarios que nos acucian y no encuentran solución.

No quiero referirme a que al mismo tiempo que en la Seguridad Social se atienden esas necesidades se tienen abandonadas determinadas dolencias dentales, por fijarme en algo no primordial, pero no puedo dejar de señalar que las colas para los servicios de urgencias no hacen más que crecer, que de vez en cuando vemos enfermos atendidos en los pasillos o lo mucho que hay que esperar para conseguir que a uno le operen.

Es la misma Seguridad Social de la que huyen muchos ciudadanos de clase media, expulsados hacia los seguros privados, algo que los dirigentes, conservadores o progresistas, pues en todas las autonomías sucede, deberían explicar. Es la misma Seguridad Social que carece de médicos y enfermeras, que huyen despavoridos a otros países donde se les respeta más y se les paga más.

Un Seguridad Social social, la redundancia es intencionada, debe tener en cuenta las necesidades reales del pueblo al que atiende. Bien está cuidar a las minorías, religiosas, sexuales, étnicas o culturales, y protegerlas de todos los infortunios. A ello hay que llegar cuanto antes. Pero a todos nos gustaría que las consultas de los hospitales públicos estuviesen un poco más llenas y las consultas privadas estuviesen algo más vacías. Eso se consigue pensando también en las mayorías. Mientras tanto estaremos haciendo un pan como unas tortas.

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