Palencia es una emoción:

15 febrero 2009

Colectas, misas y despachos de lujo

Soy socio de Manos Unidas. Es el instrumento ideal de la Iglesia católica para dar trigo además de predicar. Quizá otro gallo nos cantaría a los católicos si todos predicáramos con el ejemplo, que es la manera más eficaz y directa de dar trigo a quien lo necesita. Soy personalmente pesimista respecto al futuro de los sentimientos religiosos y altruistas en una Europa Occidental que es el vivo reflejo del rico epulón. Y sin embargo…

Y sin embargo mi parroquia, en la que no abundan las familias
adineradas, acaba de recaudar un 33% más que el año pasado en la colecta de Manos Unidas. Me parece un ejemplo de solidaridad que conviene publicitar en estos tiempos de crisis y de anticlericalismo, de anticlericalismo y crisis. Un 33% más, oiga.

Y eso encaja con la noticia de que medio millón de personas más señalaron la casilla de la Iglesia en la última declaración de la renta. Un total de ocho millones y medio de contribuyentes aportaron un casi un 39% más, 241 millones de euros. La Iglesia está formada por seres humanos, lo que inevitablemente nos lleva a que comete inmensos errores y por lo tanto es tan perfectible como criticable, pero a veces deberíamos tener más presente la labor social que acomete. ¿Cuánta gente come en el mundo (o estudia) gracias a la labor social de la Iglesia? A veces me da por pensar que su futuro es negro, que los ciudadanos abandonamos en masa todo lo que sea religiosidad, espiritualismo o trascendencia, que lo que nos va es la pela, el sexo y el hedonismo más salvaje y puro. O tal vez, simplemente se trate de sobrevivir como se pueda hasta final de mes, lo que no siempre es tarea fácil. A veces, sólo a veces, un par de noticias como éstas me desmienten.

Todo ello en la época en que los políticos dilapidan decenas de miles de euros en lujosos despachos, eclécticas sillas y carísimas mesas de reuniones. Y me refiero a cualquier político y de cualquier orientación, que en todas partes cuecen habas, de todo hay en todas las diferentes viñas del Señor y que malos y buenos los hay a partes iguales fuera y dentro de la Iglesia, en la derecha y en la izquierda.

Y mientras usted ha leído este artículo un político ha forrado su despacho de maderas exóticas y otro ha aceptado un soborno.

3 comentarios:

Jorge Castrillejo dijo...

Yo no soy católico pero marco la casilla de la Iglesia en mi declaración de IRPF. No marco la otra porque una parte iría a los amigos de la ceja. Y si no marcase nada no sé donde iría, es más, nadie sabe como funciona, aunque algunos se las dan de técnicos tributarios sin saber, como de construmbre.

Pedro de Hoyos dijo...

Jorge, gracias por tu participación. Lo que está claro es que el dinero que va a Manos Unidas va a aquellos que lo necesitan, pongamos que hablamos de hospitales, escuelas, dispensarios... Al final, determinadas cosas no importan tanto como pensar en los demás. Pensar... y llevar a cabo las ideas pensadas, claro.

Anónimo dijo...

Si el desGobierno de ZP tuviera que hacerse cargo de todas las personas a las que ayuda la iglesia, España estaría rebosante de vagabundos.
Como no lo hace, se lo gasta en tunear coches y despachos.

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