Palencia es una emoción:

12 agosto 2009

La cuerda de presos del PP.

Tiene razón el PP al cabrearse por las fotos de los presos mallorquines. No es casualidad que los encausados salgan de esa guisa al alcance de los objetivos de las cámaras. ¿Cuántos presos vemos cada semana en la sección de sucesos de los periódicos y no salen fotografiados así? Claro, si hablamos de presos de este tipo, no de presos violentos.

A pesar del recuento fotográfico que hoy hacía El País, siempre echando una mano a quien lo necesita, no deja de ser extrañamente anormal ver esas fotografías tan convenientes para el PSOE en estos malos tiempos. Pero hace muy mal, a mi parecer, en echarle culpas nada menos que a Zapahuero y a Rubalcaba. Mucho me temo que ambos tienen otras preocupaciones a las que dedicar su tiempo libre antes que ocuparse de cómo se detiene o no a los acusados. Cargar contra ellos es un exceso propio de la situación, excesiva también, que estamos viviendo.

Lo fácil es pensar que algún funcionario se equivocó, si queremos ser ingenuos, o que alguien, con intenciones políticas e idea de hacer carrera en el escalafón socialista, se encargó de llevar a cabo tan poco civilizada idea. Que se investigue y como ya se ha hecho se pida disculpas. Ahora falta la merecida sanción a quien haya metido tan gravemente la pata.

Dice el PP que hay intencionalidad política en tantas acusaciones escandalosas contra sus militantes. Es posible, es posible; eso es fácil de demostrar con el paso del tiempo, cuando las acusaciones vayan cayendo en saco roto, si es que sucede tal cosa. Ahora lo que le toca al PP es averiguar con urgencia si sus militantes son unos chorizos o no, si tanta repetición de acusaciones allá donde tiene o ha tenido poder, tiene base o no. El refrán castellano dice que si el río suena, agua lleva. Y de momento suena una y otra vez, en un lugar y en otro. Con demasiada frecuencia. El problema puede estar en las acusaciones, pero también en los acusados. Que se dedique el PP a poner en marcha una estrategia de defensa más inteligente y efectiva que la torpe táctica que acaba de llevar a cabo el president valenciano.

Zapahuero me parece un mal político, radical, poco inteligente y dado a la demagogia facilona que los españoles le ríen con la misma facilidad que a Chiquito de la Calzada, pero no es un delincuente ni un tonto solemne para meterse en esos berenjenales delictivos y antidemocráticos, ni merece recibir esas acusaciones propias de pandas barriobajeras.

Por cierto, ¿alguien sabe en qué quedó la historia de la subvención de Chávez a la empresa de la que su hija era apoderada? Por cierto, ¿alguien sabe por qué no se ha vuelto a hablar de ello? Pues eso, coña.

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