Palencia es una emoción:

09 octubre 2009

Liberados sindicales, escurrebultos y jetas

Respeto mucho a los liberados sindicales. Claro que entre ellos habrá mangantes, escurrebultos y jetas, pero ésos los hay en cualquier otro colectivo. Y si no se lo creen miren ustedes a las ministras florero y a los mangantes puteros del PP.

Si exceptuamos a los sindicalistas-jeta la mayoría son personas dedicadas a trabajar por sus compañeros de destino. Miren, si me dicen ustedes que hay demasiados liberados podríamos estar de acuerdo, pero no me creo que entre ellos haya más escurrebultos que en otro colectivo cualquiera. Cierto que a veces los que más se ven son los más brutos, los más osados o los más “siliconeros”, pero ya saben que dos que chillan destacan más que cien que callan.

A veces los sindicatos han pecado de eso, de promocionar a los más alborotadores, ésos que iban por los bares y comercios de la localidad entregando a los dueños carteles que decían “Este local cerrará el próximo viernes en solidaridad con los mineros de la zona”. Y si no cerrabas te lo cerraban. Y tardabas medio año en recuperarte de los destrozos. Si era así es porque la sociedad española en general siempre ha promocionado más al más vocinglero que al más preparado, a Belén Esteban más que a Ainhoa Arteta, pongamos por caso. Hemos preferido un país de Rinconetes y Cortadillos en vez de un país de Cervantes.

No creo que el sindicalista madrileño que envió a Miguel Ángel Ordóñez a “su puta casa” sea el más brillante de UGT, quizá muy probablemente sea el que más vocea o el que dice más tacos en menos tiempo, lo que con seguridad le augura un buen porvenir sindical: Le aplaudieron muchísimo sus fans y de ellos habrá recibido cientos de SMS felicitándole por su machada. Que crea que “el presidente” del Banco de España debe obedecer al gobierno indica a las claras que es más un hombre de acción, esconda esto lo que esconda, que de pensamientos muy elaborados.

Queramos o no ésa es la casta que nos gobierna, la que nos traiciona por un puñado de dólares en dinero negro, por unas putas buscadas para poder luego presionar al que las disfrutó, la que asciende en su escalafón interno por ser más bruto que un arao o la que envuelve en papel de charol su verborrea fatua, huera y pomposa.

La pregunta a la que no sé responder es si prefiero la verborrea directa y faltona de este sindicalista con futuro o la capacidad dialéctica de Zapa, que enmascara una guerra como acto caritativo y que es capaz de vendernos sin sonrojo que los nuevos impuestos los van a pagar “los poderosos”. Ahora que lo pienso, quizá sea mejor cuando ves al bruto venir de frente y por derecho, pudiendo prepararte adecuadamente para prevenir su acción, que cuando alguien esconde su radicalismo, su intolerancia e ignorancia con una sonrisa, un arqueo de cejas y una palabrería huera, fútil y frívola.

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