Palencia es una emoción:

27 mayo 2010

Un hombre, un voto (telefónico), un decreto

Al final todos dependemos de un solo hombre. Vale, Bibi, o de una mujer. Todo lo que quiero decir es que a los pensionistas les van a congelar el sueldo por un voto, por la decisión de una sola persona. Al final Zapa ha ganado por la mínima. Pero ¿no es eso lo que queremos todos para nuestro equipo en el peor de los casos? ¿Y si España gana la final del mundial de penalty injusto en el último minuto?

Bueno, pues no sabemos quién narices será el diputado a cuyo voto debemos que Zapa haya tomado las decisiones que sólo quince días antes le parecían catastróficas, pero seguro que tiene nombre y apellido. Como lo tendrá el futbolista que marque, en el hipotético caso, ese penalty injusto del que hablábamos antes y al que toda la prensa mencionará y alabará como si hubiese jugado él solo contra todo el mundo.

Conste que no serán éstas las medidas económicas más dolorosas que habrá de tomar el gobierno (todavía tengo que pensar si me refiero a éste o al próximo) y que habremos de sufrir pacientemente los españolitos, hayamos votado o no a Zapa, es lo que tiene que nuestro presidente haya necesitado dos años para escayolarnos la economía. En su momento habría bastado con unas vendas, pero a estas alturas...

Un voto es un voto y por un voto ha salido adelante este decreto que no es más que parte del calvario (todavía  hay que hablar de reformar los despidos, de la edad de jubilación...) en el que ZapaHuero, el del discurso florido, nos ha metido.

Y todo por un voto, sólo por un voto telefónico: el de Obama, claro. Para votos, el de Obama. ¿O alguien cree que sin la opinión de Obama Zapa habría tomado la más elemental decisión para corregir el rumbo errático que llevábamos? Rumbo rumboso, quiero decir, de derroche a troche y moche.

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