Soy muy breve, el médico me espera. Me molesta más la sala de espera, todas las salas de espera, que el médico. El caso es que me empeño en ser hoy especialmente breve:
Alquilo este blog para dar cobertura a toda clase de voluntades políticas, a toda clase de ideología. Lo de menos es el contenido, lo que hay que negociar es el precio, dejémonos de monsergas.
Me explico, visto cómo las gastan nuestros políticos, que aceptan sin rechistar para sí mismos aquellos vicios que niegan estrepitosamente a los demás; visto cómo son de maleducados e irrespetuosos; visto que de la corrupción hacen norma socialmente aceptada sin que el habitual intercambio de improperios conduzca a nada más que un efímero titular periodístico; visto que todo da igual a la sumisa parroquia que los acoge y los vota; visto que a la sociedad circundante nada importa la honradez, la sinceridad ni la buena fe del hombre público; visto que tragamos con todo, que todo lo consentimos y que a nada ponemos fin ; visto que vivimos en una sociedad que permanece impenitentemente con los hombros encogidos y sin sentirse jamás afectada por la falta de honradez, de limpieza, de ética, de justicia he decidido alquilar este blog a quien más pague por ello.
Les aseguro una rentable posición en la prensa digital española, un escaparate céntrico bien iluminado y en una zona de mucho tránsito y con numerosos visitantes que se asomarán curiosos a ver la mercancía. Aquí podrán exponer públicamente cualquier contenido que deseen, acercándolo a miles de potenciales clientes a lo largo del año. Lo de menos, repito, insisto y remacho es el contenido. Todo será bienvenido, incluso material ilegal, ilegítimo, impropio, inadecuado o prohibido tendrá cabida en esta columna. Todo, salvo pornografía infantil que de momento es de los pocos delitos que son perseguidos. Ay de los pederastas especialmente si son curas. O políticos.
Corrupciones, chantajes, amenazas, ventas sin factura (de trajes de caballero, de obras domésticas o de coches modernos), todo será aceptado en este blog a sabiendas de que nada pasará nunca. De que todo es tolerado sin rechistar por las enormes tragaderas de una sociedad vencida, agotada y humillada, a sabiendas de que jamás nadie se opondrá a nada, a sabiendas de que jamás el escándalo trascenderá a la esfera judicial ni acarreará ninguna responsabilidad política o económica, que como mucho sólo habrá un titular llamativo y pasajero en cierta prensa que se las da de justiciera sin tener en cuenta sus deudas con el poder actual o futuro.
Por ahí tienen mi correo electrónico, quedo a su disposición sin temores, aprensiones o escrúpulos pasados de moda. Vivimos en un mundo capitalista y salvaje, Don Dinero manda y los demás callan y otorgan sumisa y cobardemente. Callamos y otorgamos, quiero decir.
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