Huelga general, así no.

Cuando unos sindicatos se disponen a realizar una huelga general es más que posible que haya motivos suficientes. Sus razones no suelen ser baladíes, antes suelen haber esperado lo suficiente como para llenarse de razones, el vaso de su paciencia suele ser grande como para tomar tan difícil decisión sólo una vez agotadas otras posibilidades.

Esta vez también es así, llevamos años muy difíciles en los que los trabajadores han perdido, en un lento pero inacabable goteo, infinidad de derechos sociales que habían conseguido después de muchos años de esfuerzo. Es curioso, ¿o no?, que nuevamente con un gobierno socialista vuelva a plantearse esta situación que ya sucedió en dos ocasiones con Felipe González. Sí, cierto, Aznar también tuvo que sufrirla, pero eso ya se da por descontado, todos sabemos desde que nos destetaron que el PP es declarado enemigo de la clase trabajadora. Repito, nuevamente con un gobierno socialista en el poder, aunque en esta ocasión hay que aclarar que la huelga, oh, milagros imposibles, no es contra el Gobierno, válganme los cielos.

No, la huelga, como muy bien se ha encargado Chikilicuatre de aclararnos, no es contra el gobierno, que seguramente es también una víctima de las circunstancias, circunstancias que deben ser capitalistas, enemigas de los obreros y que deben estar a sueldo del gran capital, del fascismo y de la Trilateral. Y todo ello a pesar de que la crisis no iba con nosotros, de que estábamos mejor que Italia y casi a la par de Francia, de que estábamos en la Champions Ligue de la economía y de que el peor número de parados que íbamos a tener con Zapatero siempre sería mejor que el mejor que tuvo el PP. Ah, y a pesar de que hace más de un año que llevamos viendo por doquier brotes verdes.

 

La huelga no va contra el gobierno que ignoró y mindundeó hasta la saciedad una crisis contra la que le advertían acendrados socialistas, situados en privilegiados observatorios, como Almunia y Fernández Ordóñez, socialistas de carnet, seguramente más antiguos que Zapatero. La huelga va contra el mundo mundial... siempre y cuando esa ese mundo no tenga el carnet del PSOE. Cosa curiosa la de estos sindicatos que apoyaron la política despilfarradora de un gobierno que subvenciona mapas del clítoris, talleres sexuales, las lenguas indígenas del Amazonas y los homosexuales de Zimbabwe.

No seré yo quien exculpe a la Gran Banca, e incluso al capitalismo como sistema, de la situación de decaimiento mundial. Ciertamente Zapatero no inventó él solito el brete económico en que nos encontramos, pero lo ignoró, lo rechazó y no lo atacó, dejando pudrirse la situación como en ningún otro país de Europa, rechazando las advertencias internacionales que le llegaban, incluso las de sus propios conmilitones.

Y a todo esto los sindicatos aplaudían con las orejas; los mismos sindicatos que se escandalizan y se llevan las manos a la cabeza y atacan a la oposición y se disponen a negar a muchos españoles el derecho a trabajar el día 29 callaban culpablemente el derroche de subvenciones socialistas. Por nacer o por abortar, por independizarse de los padres o por no hacerlo, las regalías de zapatero han contribuido tanto como su inacción durante dos años a la catástrofe que ha hecho de España uno de los países europeos con mayores dificultades económicas y con mayor conflictividad social.

La desordenada, desorbitada y desproporcionada generosidad socialista acaba de sufrir otra vuelta de tuerca en Andalucía. ¿Por qué no se convoca una huelga contra el regalo magnánimo del gobierno andaluz a todas las señoras que tengan edad suficiente para jurar por Snoopy que fueron ultrajadas por el franquismo? ¿Tanto dinero le sobra a la Junta andaluza? ¿Tanto dinero nos sobra a todos?

No, tampoco puedo olvidarme de ciertos crecidos empresarios responsables (¿o irresponsables?) de grandes empresas de todos conocidas que no han pagado a sus obreros. El último ejemplo lo estamos viviendo en estas palentinas tierras que me acogen, donde los patronos de la minería, después de haber recibido cientos de millones de subvenciones, siguen sin pagar a sus empleados la mayor parte de las nóminas que les deben. ¿Dónde está la Justicia, dónde la Junta de Castilla y León, dónde el gobierno socialista?

Claro que hay razones sobradas para ir a la huelga general, pero así no; No mientras la convoquen los corresponsables dolosos de la actual situación; no mientras los que tanto han callado mientras se alargaban hasta el infinito las colas del paro sean quienes pretendan ahora mostrarnos su supuesta rebeldía; no mientras insistan en salvar de la responsabilidad a quien bien generosamente los subvenciona a pesar de la crisis; no para autosatisfacerse, no para aparentar, no para embellecer su imagen pecaminosa, no para restablecer su coitus interruptus con el obrero al que llevan tantos meses desdeñando.

Huelga general, así no.