Lo malo de la política es que hay
forofos. Tifosi. Con ellos no valen los razonamientos. Sean favorables a unos o
a otros tienen la opinión formada de antemano, se asientan en ella y son
inamovibles. Con ellos no valen los razonamientos, ya sé que lo he dicho.
Siempre he pensado que iban a por
Garzón porque había tocado las narices a demasiada gente durante demasiado tiempo.
O dicho de otra forma, si no se hubiera metido en ciertas causas contra
determinadas personas e intereses nadie habría ido contra él. Pero también
pensé que nadie osaría proceder judicialmente contra él sin tener cierta base
para sus acusaciones, pues en caso de falsedad recaería sobre él la actuación
judicial.
A mí me vale lo que digan los jueces,
sé que no siempre son políticamente neutrales pero son lo mejor que tenemos, ni
Belén Esteban ni Risto Mejide me parecen de fiar. No sé si Garzón va a recurrir
al Tribunal Constitucional o no pero siempre estamos en manos de los jueces, no
conozco ningún delincuente que acepte su culpabilidad.
El Tribunal ha hablado y lo ha hecho
por unanimidad, yo no voy a celebrarlo con champán como dice la hija del juez,
pero si nadie recurre o si el Constitucional ratifica la presente decisión
podemos hablar de Garzón, un juez
delincuente. Sin partidismos, sin forofismos, sin elucubraciones vanas. No me valen los que brindan con
champán ni los zejapateros que se rasgan las vestiduras, no me valen los tifosi
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