Éste es el momento que tanto
estaba buscando la coalición de izquierdas y que puede marcar un punto
definitivo en su historial; de la decisión que estos días tomen sus dirigentes
depende en buena medida una parte de su futuro próximo.
Las críticas van a ser
insalvables y siempre del mismo tipo: “¡Veis
cómo sois de derechas!” o “¡Radicales de izquierdas que vuelven a sus orígenes!”.
Debe el partido que quiere ser diferente mantenerse en aquello que estima como
diferente, independientemente del contenido y dirección de las quejas
inevitables. En aquello que el votante estima como diferente, la regeneración, por ejemplo.
Debe mantener su personalidad habitual
y sus exigencias tradicionales, evitando en todo caso mercadear sus propuestas
y cambiarlas por el acceso al poder. ¿No es en asuntos semejantes donde basa
Rosa Díez sus diferencias con otros partidos? ¿Cuáles son las exigencias
programáticas que cualquier ciudadano identifica como propias de UPyD?
Defiéndanse y airéense. Pónganlas sobre la mesa y que el ciudadano sepa qué se
negocia, cómo y por qué. Que en esa negociación se dilucide el futuro de los
ciudadanos, no el de los dirigentes ni el del partido. Éste vendrá por
añadidura.
No hay comentarios:
Publicar un comentario