Llamémoslo como nos dé la gana el
caso es que nos han rescatado. Ya ve usted cómo camina España, de aquellos
brotes verdes de alguien que iba a aprender Economía en un par de tardes (¿a
qué espera?) a la actual incapacidad de Rajoy y los suyos para reconducir España
fuera de la ruta de los icebergs financieros.
Todos los ciudadanos vamos a
pagar en jubilación, en prestaciones sociales o en años de trabajo, la crisis
en que nos han metido. Permítanme insistir en que he utilizado el verbo en
tercera persona del plural, que hay muchos malintencionados que prefieren usarlo
en primera del plural. Todos esos consejeros, delegados y otro personal
enchufado que durante años han ¿dirigido? las Cajas de Ahorros cobrando sumas
inmorales son los que con la anuencia y colaboración de los políticos han
causado el actual desastre. ¿Y encima debemos indemnizarles?
Y los políticos, claro. Los que
han construido gigantescos aeropuertos infrautilizados o han situado uno casi en
cada capital de provincia (¿nos suena esto en Castilla y León?). Y también los
que han subvencionado investigaciones sobre gallinas ponedoras de raza
autóctona, digamos. O los que han permitido prejubilaciones doradas a empleados
de cincuenta años.
No se ven recortes en dispendios
políticos. No, no, esta vez no hablo de los sueldos de diputados y senadores,
ministros del gobierno y ministrillos de los gobiernillos, procuradores y
aconsejadores… Hablo de la organización del Estado. ¿Son necesarios 17
defensores del pueblo? ¿17 defensores del menor? ¿17 consejillos de
ministrillos? ¿Realmente basta con recortar salarios, pensiones y beneficios
sociales a las clases media y trabajadora?
Esperanza Aguirre y José Antonio Monago
han propuesto disminuir sus respectivos diputados regionales, pero ¿por qué no
disminuir directa y drásticamente las autonomías? Cuando surgió este invento
constitucional hubo que dividir a Castilla en cinco comunidades por presiones
de nacionalistas periféricos. En aquel momento hubo que ceder para que votasen
a favor en el referéndum constitucional, tal era el chantaje. Ya sabemos que
esto les interesa y lo usan precisamente contra esa Constitución ¿Por qué no
reunimos las cinco autonomías castellanas en una sola, nos ahorramos cuatro
parlamentillos, cientos de parlamentarios, cuatro gobiernillos, decenas de
coches oficiales y ya de paso fortalecemos la unidad de España? ¿No interesa? ¿A
quién? Ah, ya, a los mismos de entonces…
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