Señor Alcalde, he visto por
televisión la retransmisión de la cabalgata de reyes de Palencia y quiero por
este medio expresarle mi disconformidad.
A no ser que por efecto del mucho
turrón consumido en estos días mi mente se haya trastornado y me haya hecho
retroceder a la España anterior a Zapatero, creo haber observado que la plaza
mayor de nuestra ciudad se transformó durante la tarde del día cinco en un
púlpito de los que antaño eran usados por curas y predicadores y desde el cual
se arrojó a la cara de una desprevenida ciudadanía un pasaje de los Evangelios.
A pelo, sin aviso previo ni anestesia.
El Estado aconfesional que nos
acoge no debería hacerse eco de ninguna religión, sin embargo a través de la
tele pude presenciar cómo los palentinos fuimos evangelizados con la adoración
de los tres reyes magos. El catecismo televisado, vaya. ¿No es eso una
discriminación en función de la ideología de los niños? Estuvo muy bien el
desfile de las ocas, estuvo muy bien la interpretación de nuestro villancico
tradicional, pero que se representasen escenas de los evangelios, que allí se
hablase de “Jesús” y del “Hijo de Dios” y de la “salvación de los hombres” es
algo que no viene a cuento en un Estado democrático, nosotros no somos como
EEUU, cuyo presidente habla en público de Dios y hace referencias religiosas,
nosotros somos… españoles y progresistas, faltaría más.
¿Qué pensarían ante este show
mediático católico esa mayoría de niños cuyos padres les han educado esmeradamente
en la más absoluta indiferencia religiosa? ¿Qué conflicto hemos contribuido a
crear en sus laicas mentes? ¿Habrán podido conciliar el sueño en esa noche
mágica o habrán tenido pesadillas? ¿Puede, en estos agrios tiempos, el
Ayuntamiento de Palencia malgastar dinero de los impuestos de sus ciudadanos en
una escenificación del nacimiento del Niño Jesús? Espero que los partidos de
oposición exijan al concejal correspondiente las facturas del alquiler de la
plaza mayor y del balcón principal del ayuntamiento, cuyo pago habrá
correspondido, espero, a la Iglesia Católica. Yo que ellos habría cobrado la
entrada con su correspondiente IVA que en definitiva habría terminado en las
arcas del Estado.
Le ruego que en próximas
navidades reconsidere su decisión y piense en todos los ciudadanos, no sólo en
los de siempre. ¡Por una cabalgata de reyes laica, por una Virgen María laica y
por un portal de Belén laico! Por una navidad laica y por un Niño Jesús laico.
Y esperen a que llegue Semana Santa, que me oirán, oiga. Y por unas primeras
comuniones también laicas, conste.
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