Palencia es una emoción:

25 octubre 2013

España pigmea

Inmersos como estamos en una situación de catástrofe total, los españoles parecemos ajenos a nuestro destino. Padres destrozados por el paro, jubilados sin jubilación, familias sin casa, casas sin familia, empresas sin trabajo, trabajos sin venta y España sigue recreándose en Belén Esteban, Telecinco es el opio del pueblo.

Mientras España carece de un proyecto industrial que sustituya el impulso que hace años significó la construcción -¿absolutamente nadie ha previsto esto?- la sociedad sale adelante sin una reforma de las estructuras del Estado y sin que nadie exija responsabilidades a los que nos hundieron por no prever la crisis, no poner el remedio en su momento oportuno o por estar solucionando los grandes problemas sociales con la pensión de los jubilados, con los derechos de los trabajadores o con la eliminación de logros sociales que nos separaban de los pigmeos.

Zapatero ha reconocido ya en diversas ocasiones que se equivocó al no prever la gravedad ni las consecuencias de la crisis que nos ha conducido hasta aquí. Pero nadie le reclama nada. Su partido nos ha hundido en la miseria y en la ignominia, pero sigue concitando el sumiso voto de millones de españoles.

Rajoy hará lo mismo en cuantito deje la presidencia del gobierno y tome perspectiva de las pensiones recortadas, de los desahucios, de los trabajadores en paro y de los servicios sociales desaparecidos o minimizados. El destrozo que está causando en la sociedad podría ser olvidado si al mismo tiempo reformase leyes que facilitasen que el pueblo comprendiera. Leyes que ahorrasen subvenciones a los partidos, leyes que agarraran por la pechera a los corruptos y los encerrasen como se encierra a los violentos. Leyes coherentes con el sacrifico que se nos pide a los ciudadanos e impidiesen el funcionamiento costosísimo de instituciones inservibles y obsoletas. Del Senado hablo, de competencias repetidas entre Diputaciones, Autonomías y Estado.

Todo esfuerzo se pide al ciudadano, todo se le concede al Estado; nada se reforma salvo sueldos, pensiones y derechos sociales… a la baja, claro. Y aún con esta debacle social, PP y PSOE reúnen en cincuenta por ciento de la intención de voto ciudadano. Irreductibles hispanos.


Pero la sociedad está cambiando, nuevas alternativas políticas aparecen y algún día Kiko Rivera fundará un partido que arrastre el voto de millones de españoles. Al tiempo, Mariano; al tiempo, Alfredo.

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