Palencia es una emoción:

11 abril 2014

Una constitución para Cataluña

Hace tiempo asumí que los nacionalistas se saldrán con la suya y que el aburrimiento mortal y la insistencia hastiosa son parte de su estrategia. Cierto que cuentan con la izquierda complaciente del “Aprobaré lo que salga del Parlamento catalán” y con la estúpida inacción rajoyana a la espera de que el temporal pase.

Se ha visto en el PSC la colaboración de cierta izquierda majadera que jamás será nacionalista española (¡Oiiig, facha yo, jamás!) pero acepta ser nacionalista de cualquier otra parte.  También en una IU nacionalista en cualquier lugar salvo en Castilla. Recientemente una alta dirigente socialista se fotografió con la senyera mientras decía que su bandera no era la española sino la de la solidaridad. Majadera.

Al tiempo que la derecha inactiva del PP ha pasado a ser una fuerza inoperante y residual en Cataluña, ha dejado que el catalanismo tomase iniciativa. La propaganda del catalanismo antiespañol no ha encontrado réplica social, el separatismo ha alcanzado todas las capas sin que nadie le presentara batalla dialéctica. La ausencia de apoyos propagandísticos de España ha sido palmaria.

Para buena parte de los catalanes España es una ofensa. Ni siquiera una oferta económica lo puede solucionar ha dicho Artur Mas. Luego hay un precio: se nos va a proponer una nueva Constitución que ofrecerá a Cataluña ventajas económicas y legales que añadir a las que ya tiene, entre ellas un concierto económico asimilable al vasco. He ahí la madre del conflicto: Los más ricos, aquellos que más poder económico y político tienen, los más industrializados y desarrollados de España… siguen demandando más y más bajo la amenaza de la independencia.


Ha sido así desde que se aprobó esta constitución;  si existen autonomías de “dos velocidades” fue para contentar a los nacionalistas, si tienen mayor importancia económica y política que otras autonomías es porque las leyes lo facilitan… ¿y de qué ha servido hasta ahora? ¿Alguna vez se han visto satisfechos? Todo cuanto  han solicitado se les ha concedido: ¿Nos acordamos de Pujol “cobrando” por las leyes que se modificaban? Y no lo hacía en dinero, pecata minuta, sino introduciendo en esas leyes las modificaciones legales que convenían a sus intereses. Van a premiar su deslealtad y conseguirán que usted lo apoye con su voto. De la tarta común se van a desviar más fondos  –¿a quién le tocará pagarlos?- para "compensar" a Cataluña por permanecer en España. ¿Nos interesa?

1 comentario:

VozCastellana dijo...

Claro que un sistema de privilegios, equiparable al de los Austrias en el siglo XVII, con territorios beneficiados y otros (fundamentalmente los castellanos) esquimaldos sin piedad no nos interesa. Ni entonces, ni ahora, ni nunca. Ya sabemos como acabó Castilla en el XVII. Empobrecida, descapitalizada, zaherida, arruinada, despoblada. En esas circunstancias, la separación de Cataluña es un mal menor.
Por cierto, la apreciación de que Izquierda Unida es una fuerza nacionalista en cualquier lugar del estado español excepto en Castilla es una verdad tan evidente como descorazonadora.

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