Palencia es una emoción:

10 octubre 2014

Trabajadoras en edad fértil

Hay determinadas polémicas que se mantienen solo porque hay que ocupar la mente del ciudadano, no vaya a ser que piense. Y luego vote.

Me refiero a las declaraciones de Mónica Oriol sobre la protección de las mujeres a la hora de ser contratadas. Se quiere proteger a la mujer e integrarla en la sociedad laboral, se quiere que sea madre y que dirija empresas y gobiernos. Todo a la vez. Y puede que la mujer, como ser humano, no de tanto de sí.

Señalaba Mónica Oriol la contradicción capitalista, el adjetivo es mío, entre proteger a la mujer y que como consecuencia de esa protección no sea contratada. Siendo absolutamente rechazable que una persona no sea empleada por ser mujer, puede que más de un empresario, recordemos que la mayoría de los españoles trabajan para una pequeña empresa, contratara a más mujeres si esa contratación no le pudiera obligar a aguantar en su tienda a una mala trabajadora que acaba de dar a luz. Ése y no otro era su planteamiento.

Claro que la solución puede no ser desde luego la que sus palabras parecían apuntar. Precisamente una de las contradicciones de esta sociedad capitalista es que la incorporación de la mujer al trabajo, derecho que no niega nadie, puede acabar con nosotros por falta de natalidad. Somos una sociedad envejecida y a nadie parece importarle. Añadamos que somos el segundo país que consume más ansiolíticos…La pregunta es si tanto trabajo y tanta presión social son buenos si nos conducen a una sociedad enferma y envejecida que no podrá mantenerse en pie sea por la edad, sea por la enfermedad mental.

Es inevitable que la grave crisis económica sea la primera de nuestras preocupaciones. Rodeados de paro, desahucios y rapiña, superarla debe ser sin duda nuestro primer objetivo y a ello se dirigen con cuestionable acierto las políticas de los gobiernos del mundo, pues sin una economía sana no hay civilización.


Pero olvidamos graves problemas como la baja natalidad y el alto consumo de antidepresivos, señal de que algo va muy mal, que terminarán por acorralarnos si nadie se ocupa de ello. Llegará el día en que tener varios hijos será objetivo primordial y en que tal vez uno de los miembros de la pareja prefiera quedarse en casa para atenderlos mejor, viviendo con menos dinero, pero con menos conflictos y menos ansiolíticos.

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