Una de las cosas que más me
molesta de la forma de ser que tenemos los españoles es lo que nos cuesta
aprender de los errores. ¿Cuántos años, cuántas veces lleva ocurriendo esto de
las nieves en las autopistas? ¿Cuántos años hemos visto decenas y decenas de
coches atrapados en pleno campo, en plena noche, en plena soledad?
Nos repetimos, tropezamos una y
otra vez en la misma piedra. Y no aprendemos. Esta vez, y juraría que también
otras, las autoridades competentes nos habían hablado de que iba a caer una buena
manta, de que las posibilidades de desastre eran grandes. El día anterior a la
nevada salí a la carretera y todos los paneles que me iba encontrando en la
autopista advertían ya de la posibilidad, “consulte las informaciones y sea previsor”
decían todos, uno tras otro. Y aun así
decenas de atrevidos, osados y envalentonados conductores se pusieron en marcha
en dirección a la nevada... Algunos, tal vez muchos, no tenían más remedio;
otros muchos… En todo caso, ¿cómo es que tantos se quejaban de estar sin
gasolina, sin batería en el teléfono, sin una manta, sin comida ni bebida por
si acaso? En todo caso, ¿cómo es que salían con niños, con ancianos? ¿Es que no
bastaban los avisos dados desde días antes en los medios de comunicación? ¿No
aprendemos de las experiencias de todos los años? Porque esto sucede
inevitablemente todos los años, como la lotería del Niño o el día de San
Valentín…, bueno, ustedes me entienden…, con mucha frecuencia. Incluso había
atrapados repetidores, que ya había estado no hace tanto tiempo en semejantes
circunstancias en otra autopista. ¿Y no habían aprendido a ser más cautos?
Ya, ya sí, y las autoridades… ¿No
sabían que venía un temporal de estas características? ¿Cómo no estaban
preparados para salir a las carreteras a
las primeras de cambio? ¿No tienen experiencia suficiente de otras ocasiones
para saber la que se iba a liar? ¿No tenían experiencia suficiente de que el
carácter anárquico e irreverente de los españoles iba a llevar a muchos
ciudadanos a meterse en esa ratonera? Es difícil de entender que las máquinas
quitanieves, que la Guardia Civil que la Unidad Militar de Emergencias no
estuvieran sobre el terreno con suficiente previsión. Hay un par de palabras
que toda autoridad, del grado que sea, debería tener en el cabecero de su cama:
“Previsión, anticipación”. ¿De veras era tan difícil saber la que se iba a
liar?
La Generación del 98 andaba
dividida, con el paso de los años, sobre si lo importante era europeizar España
o hispanizar Europa. Creo que en ocasiones como la presente no les cabría la
más mínima duda, ésta es de esas ocasiones en que uno piensa que África empieza
en los Pirineos. Uno siente que a veces es importante cortar por lo sano y
echar a la basura las partes gangrenadas. No, no me refiero al actual partido
gobernante, no solo, esto mismo ya pasó al PSOE. Igualito. Y no hemos aprendido
nada.
Los responsables van a ser
llamados al Parlamento y a las Cortes. Unos y otros se van a deshacer en
explicaciones y en peticiones de responsabilidad, unos y otros van a intentar
aprovechar las circunstancias para arañar un puñado de votos. ¿Y? Me apuesto
una menestra palentina a que en unos años se repetirá la situación.
Y termino por donde empecé… no
aprendemos, llevamos años en perpetuo e inevitable decaimiento poblacional, hay
calles céntricas de Palencia donde hay más escaparates cerrados que abiertos,
se nos llevaron Fontaneda y se nos van a llevar la térmica de Velilla, bueno,
no se la llevan la van a cerrar, da igual, el efecto es igual de desastroso
sobre la población y sobre la economía... ¿Y qué? Va a pasar y nadie lo va a
evitar, ningún partido, presas todos ellos de sus limitaciones y de sus
contradicciones… Eso sí, llenaremos decenas de portadas de nuestros periódicos,
nuestros informativos abrirán con los correspondientes lamentos. Sin embargo
nos volveremos locos criticando a otros que defienden lo suyo con uñas y
dientes, que se arman dialéctica y políticamente para enfrentarse al resto de
España, que se parapetan detrás de su propio parlamento y detrás de sus
verdades, sí, tan peculiares. Pero no, nosotros seguiremos sin aprender,
seguiremos votando al mismo puñado de partidos de siempre, los que nos han
traído, unos más, otros menos, hasta el triste presente.
Adiós, señores, hasta la semana
que viene. A ver si nieva bien en Palencia, que hasta en eso estamos
discriminados.
Mi artículo semanal en Onda Cero Palencia
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