Hubo un tiempo en el que el acomplejado PP de Rajoy era la ultraderecha. Fascistas. Luego ya no, luego los fascistas eran, son, los de Vox. También han sido fascistas los de Ciudadanos. Ultras todos ellos. Escoria de la democracia. De la izquierda no, no, nunca se ha dicho tal cosa. Hemos lanzado alertas antifascistas porque Vox obtuvo escaños en Andalucía, estamos esperando una alerta anticomunista desde que Podemos pisó moqueta. Pero no, espera en vano.
Ahora toca ultracatólicos. Todos los males de España vienen por la derecha, al parecer. O por la religión. Católica, por supuesto. Hay informaciones que dicen que Vox en el Parlamento Europeo no se va a sentar con los ultraderechistas de Le Pen. Ni con los fascistas italianos de Salvini. ¿Entonces? Con los polacos, con los católicos polacos. Pues hecho, digamos “ultracatólicos” polacos.
¿Qué son los ultracatólicos? ¿Tienen dos Papas? ¿Van a misa cinco veces al día mirando a Roma? ¿Se confiesan cada semana? ¿Varias veces a la semana? ¿Qué son los ultracatólicos polacos? O españoles.
Uno de los misterios más insondables de España es por qué tienen más audiencia y más credibilidad, es decir más autoridad, las voces de la izquierda que las de derechas. Por qué se pueden lanzar alertas antifascistas pero nadie lanza alertas anticomunistas pero los fascistas, intolerantes y xenófobos son los de Vox. O el PP en su momento. La derecha, en definitiva.
¿Por qué si acusas de ultracomunista a alguien pareces ultrafascista pero si le acusas de ultrafascista eres ultrademócrata? España es asín, ¿sabusté? ¿Por qué todas las condenas por corrupción de los socialistas corruptos no tienen la misma repercusión social que las condenas a los corruptos del PP?
Y acabo, ¿por qué tiene más rechazo social la cruel dictadura de Pinochet o de Videla que la de Castro, no menos cruel pero infinitamente más larga?
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