• Dice Carrillo que en España vuelven a mandar los fascistas y Zapatero no se ha enfadado ¿hay quien lo entienda? No creo que Zapa esté metiendo la cabeza debajo del ala ni haciéndose el sueco. Hace lo mismo que con el paro, confía en que lo arregle la locomotora alemana. Quizá por eso, pa echar una mano y dar un empujón a la revolución un joven antifascista le ha dado una manta de tortas a otro chavalete. Por fascista, claro. “¿Quién será ese asqueroso facha que quiere imponerme a la fuerza sus ideas”? debió pensar el agresor y empezó a defenderse “preventivamente” del facha.
• Se queja Maria Emilia Casas del acoso al Tribunal Constitucional y de “la intolerable campaña de desprestigio” ¿Y por qué no da nombres? Tirar la piedra y esconder la mano es típico de niños asquerosos y remilgados. O de timoratos, acobardados y acomplejados. No sé por qué pero según escribía esta última frase me ha venido a la cabeza su actitud cuando esa bronca de María Teresa Fernández de la Vega en lo del desfile aquel.
• El Partido Comunista le pregunta al Rey “¿En qué te gastas nuestro dinero?” Líbreme Dios de defender la monarquía durante el presente zapaterato, lo mismo viene otro antifascista a “corregirme”, pero la verdad es que por lo menos debían tratarle de usted. Tengo la extravagante teoría de que todos deberíamos tratarnos de usted mientras no hayamos ido juntos al váter. Usar el váter al unísono une mucho, oiga usté. El empeño en el tuteo gilipollesco fue lo primero que me alejó de una izquierda que entiende la igualdad por el culo; bueno, por abajo, quiero decir (No se me asusten, pero acabo de leer que alguien propone eliminar la repetición de curso, aunque no sé a qué tipo de enseñanza se refieren. Qué más da, lo dicho: Tos igual de burros). El caso es que he salido a la calle y he puesto los oídos en lo que la gente dice en la cola del autobús, en la barra del bar y en los parques del barrio, resulta que del debate monarquía-república sólo he oído que quedaban muy pocas jornadas para el final de la liga.
• Con los parados pasa como con el amor: Más que ayer pero menos que mañana. Es algo que no me entra en la cabeza, ¡pero si el partido del gobierno se apellida “obrero”! ¿Será que hay que cambiarle el nombre y llamarle Partido Socialista Parado Español? No se entiende que las cifras del paro asciendan más que Edurne Pasabán. El paro es incomprensible teniendo en cuenta las políticas tan decididas que ha emprendido el gobierno para combatirlo: Mapa del clítoris, envío inspectores de igualdad a vigilar si las empresas privadas tienen el mismo número de directivos que de directivas, eliminación las placas de la oprobiosa de todas las calles y plazas, cierre de webs de descargas musicales, colegueo con Obama, matrimonios homosexuales, Alianza de Civilizaciones... ¿Cómo es que el paro todavía se resiste a dejarse doblegar por un gobierno de progreso? ¡Que lo traigan aquí, que le voy a presentar al antifascista ese, hombre, se va a enterar!
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