Hay determinadas polémicas que se mantienen solo porque hay
que ocupar la mente del ciudadano, no vaya a ser que piense. Y luego vote.
Me refiero a las declaraciones de Mónica Oriol sobre la
protección de las mujeres a la hora de ser contratadas. Se quiere proteger a la
mujer e integrarla en la sociedad laboral, se quiere que sea madre y que dirija
empresas y gobiernos. Todo a la vez. Y puede que la mujer, como ser humano, no
de tanto de sí.
Señalaba Mónica Oriol la contradicción capitalista, el
adjetivo es mío, entre proteger a la mujer y que como consecuencia de esa
protección no sea contratada. Siendo absolutamente rechazable que una persona
no sea empleada por ser mujer, puede que más de un empresario, recordemos que
la mayoría de los españoles trabajan para una pequeña empresa, contratara a más
mujeres si esa contratación no le pudiera obligar a aguantar en su tienda a una
mala trabajadora que acaba de dar a luz. Ése y no otro era su planteamiento.
Claro que la solución puede no ser desde luego la que sus
palabras parecían apuntar. Precisamente una de las contradicciones de esta
sociedad capitalista es que la incorporación de la mujer al trabajo, derecho
que no niega nadie, puede acabar con nosotros por falta de natalidad. Somos una
sociedad envejecida y a nadie parece importarle. Añadamos que somos el segundo
país que consume más ansiolíticos…La pregunta es si tanto trabajo y tanta
presión social son buenos si nos conducen a una sociedad enferma y envejecida
que no podrá mantenerse en pie sea por la edad, sea por la enfermedad mental.
Es inevitable que la grave crisis económica sea la primera
de nuestras preocupaciones. Rodeados de paro, desahucios y rapiña, superarla
debe ser sin duda nuestro primer objetivo y a ello se dirigen con cuestionable
acierto las políticas de los gobiernos del mundo, pues sin una economía sana no
hay civilización.
Pero olvidamos graves problemas como la baja natalidad y el
alto consumo de antidepresivos, señal de que algo va muy mal, que terminarán
por acorralarnos si nadie se ocupa de ello. Llegará el día en que tener varios
hijos será objetivo primordial y en que tal vez uno de los miembros de la
pareja prefiera quedarse en casa para atenderlos mejor, viviendo con menos
dinero, pero con menos conflictos y menos ansiolíticos.
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