Sé, amigos lectores, que nada voy
a añadir en este artículo que no hayan pensado o sentido ustedes. Todos sabemos
muy bien lo que se siente cuando día tras día los periódicos nos dicen que nos
han robado, cuando día tras día la prensa nos avisa de que vivimos en un país
que se está destruyendo. Todos sabemos la impotencia que nos domina cuando nos
anuncian que nuestro esfuerzo y su fruto terminan en los bolsillos de cuatro
timadores con carnet de político o sindicalista.
Y sé la desesperación que
sentimos todos cuando año tras año, ciclo electoral tras ciclo electoral, la
circunstancia se repite sin fin, sin que nada ni nadie ponga jamás fin, sin que
nuestras ansias de justicia se vean jamás colmadas, pero sobre todo sin que nos
hayan pedido perdón, sin que se hayan tomado medidas que nos protejan, que
separen a buenos y malos españoles, a honrados y canallas, sin que esta penosa
sangría que vacía España de recursos sea detenida.
Hay alguna razón oculta, quizá
sean la idiosincrasia o la cultura españolas quienes favorecen que entre
nosotros abunden tantos salteadores, bandoleros y asaltacaminos. Es solo que
ahora no roban a un pobre caminante que tiene la osadía de cruzar a solas los
montes, sino que arrasan con fortunas enteras, con colosales masas de dinero
capaces de derribar el Estado...
Porque eso es lo que está
pasando, que una sinvergonzonería de tal calibre está a punto de acabar con la
democracia tal como la conocemos. Y hay que defender al Estado con leyes fuertes
que favorezcan a los honrados y desmoralicen a los bandidos, que encierren bajo
siete llaves a quienes buscan con desesperación la destrucción de España...
porque detrás estamos los Españoles, España no es un ente abstracto. Pero sobre
todo necesito que alguien se dirija a nosotros por televisión, que alguien
ponga cara de compungido, de arrepentido, que alguien parezca que lo siente,
que alguien nos pida perdón. Necesito que nuestros máximos dirigentes políticos
y sindicales se dirijan a nosotros, quizá solo fingiendo arrepentimiento, y nos
pidan perdón.
Porque tienen que pedirnos perdón formal y oficialmente, no en un comunicado de prensa, no. Esta acumulación de robos y latrocinios merece que se disculpen con pompa y boato, con las Cortes reunidas si fuera menester, pero no lo harán porque carecen de remordimientos.
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