Palencia es una emoción:

20 abril 2006

ASÍ QUE LLEGUE EL PRÓXIMO LUNES

Uno no deja de asombrarse después de visto, leído y oído en la prensa nacional lo que ocurrió el pasado fin de semana en Euskadi. Uno no dejará de asombrarse mucho más si lo compara con lo que va a pasar en la prensa el próximo lunes.
¿Contaron ustedes cuantísimos minutos de radio y tele, cuantísimas portadas, columnas y comentarios se han referido a la celebración del Aberri Eguna? ¿Han observado ustedes cuántos periódicos abrieron sus ediciones con fotos y reportajes de esta celebración vasca? Les sugiero que tengan, amables y pacientes lectores, la iniciativa de compararlo con lo que va a pasar el próximo lunes, cuando en Castilla y León hayamos conmemorado (no es una celebración, advierto a incautos, no hay nada que celebrar) la batalla de Villalar.
El balance va a ser significativamente doloroso para los castellanos. Cuando llegue el lunes nadie se habrá ocupado de nosotros, comprobaremos una vez más que no pintamos nada en España, ni pinchamos ni cortamos. A duras penas existimos. El lunes la prensa va a dar una exacta medida del peso que tenemos en esta España eternamente inacabada que nos reinventamos cada media generación.
Cuando llegue el lunes, les apuesto café, copa y puro (Sí, puro, siempre contra lo políticamente correcto), a que los periódicos van a dedicar sus primeras páginas a San Jordi y a la costumbre catalana de regalar un libro y una rosa. Lo que no me parecería mal si además algún director de periódico se acordase de Villalar. Ése es el peso político, cultural y económico que nos otorga una España a la que cada fin de semana le viene un nacionalismo a tocar los derechos históricos. Después del largo tocamiento del estatuto catalán han venido los tocamientos libidinosos de los nacionalistas vascos en el Aberri Eguna.
Porque algunos nacionalistas nunca aceptarán que las “regiones españolas” alcancen las mismas competencias y los mismos títulos que ellos. Lo acaban de decir en Cataluña: “Andalucía no puede ser como Cataluña. Si es así tendremos que buscarnos otra cosa”. Años antes ya Pujol y compañía habían puesto otros ejemplos con Murcia y La Rioja. ¿Quién como Cataluña? No resisten que los demás alcancen sus cotas, necesitan ventajas políticas y económicas, y las consiguen siempre Gobierno tras Gobierno. España siempre cede, menos con Castilla.
Todos magrean al Estado. Todos menos Castilla, quizá para no convertir la cosa en un incesto. Pero visto el apoyo económico y político que los propios Gobiernos de España les prestan sólo se me ocurre pensar que le está bien empleado a una España que cede el IRPF, primero el 15%, luego el 35%, luego el 50%, porque el partido del Gobierno correspondiente quiere ser apoyado, a una España que ha hablado catalán en la intimidad sólo porque a Aznar necesitaba unos cuántos votos. Le está bien empleado a una España que ha fomentado la sangría de varios millones de castellanos, que permite alegremente las vacaciones fiscales vascas y navarras, en detrimento de aquellos vecinos que no tienen la “suerte” de poder tomar decisiones económicas de ese calibre.
Mientras tanto pasan los años, cambian las legislaturas y agonizamos en eternos problemas sin solucionar, envejecimiento, despoblación, aislamiento, atraso, Castrovido, San Glorio, el AVE de cartón piedra que nos van a poner, autovías inexistentes... Mientras tanto Udalbiltza viene a celebrar su Aberri Eguna a la provincia de Burgos.
Ni al PP ni al PSOE se les ocurrirá jamás reclamar para nosotros el mismo trato que para catalanes y vascos. Sus respectivos líderes no se van a jugar sus cómodos puestos, siempre preferirán ser cola de ratón, nunca apostarán por ser cabeza de león.
Hablando de ratones... se va a reformar el estatuto de Castilla y León... ¿apostamos a que parimos un ratón?

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