Palencia es una emoción:

20 diciembre 2006

¿QUIÉN SE HA EQUIVOCADO, ESPAÑA O AZNAR?

Esta semana hemos tenido nuevos penosos ejemplos de la clase de grotescos políticos que padecemos. ¿Cómo puede aspirar a dirigir un gobierno, una provincia o un pueblo quien ni siquiera sabe dirigirse a sí mismo? ¿Cómo puede darnos lecciones de honradez, limpieza y ética quien es absolutamente ignaro en estos temas, quien sigue un comportamiento repugnante en su vida individual?
¿Cómo pueden arrancar votos a nadie personajes tan siniestros como Pepe Blanco, sectario hasta el extremo, de planteamientos radicalmente egocéntricos, incapaz de dar marcha atrás, reconocer sus errores y ofrecer sus disculpas? Encontrase con personajes así, rastreros y zarrapastrosos pero autosituados por encima del bien y del mal, pretendiendo dirimir cual juez imparcial las cuitas políticas de los españoles, ofrece ante el elector apartidista una imagen bien triste de la realidad política de nuestro país.
La actuación del PSOE en el caso escandaloso del cojo (¿por qué algunos medios esconden esta palabra sustituyéndola por un eufemismo?) es la misma que tantas películas de vaqueros nos ofrecen de los ricos potentados que tenían en su puño pueblos enteros a los que sometía por las buenas o por las bravas a su imperio. Más aún, asemeja su imagen a la del típico señorito andaluz decimonónico dueño de vidas honra y hacienda de sus trabajadores. ¿Cómo pretende el PSOE ganar el voto de millones de españoles imparciales, íntegros e indecisos poniendo en nuestras pantallas a todas horas a personajes tan siniestros como éste muñeco diabólico? El PSOE no es ni nunca ha sido tan absolutamente incompetente e impresentable como este personajillo que jamás podrá llegar a más.
Su última labor para ayudar al PSOE (Por favor, que deje ya de ayudarle tanto, que se van a estrellar), el siniestro vídeo manipulador que ha entregado a los periodistas en la copa que les ha ofrecido ayer, es la prueba del nueve de su maldad, de su doblez, de su capacidad de ingenio para el mal. Si será siniestro el portavoz del PSOE que no ha tenido reparo en incluir la imagen de la recién fallecida Loyola de Palacio en un regalo diabólico, lógico en alguien como él, que hasta han repudiado los periodistas más adictos a la causa socialista.
Y sí, tienen razón los lectores “progres” que hayan llegado hasta aquí, probablemente rechinando sus dientes y echando fuego por la nariz: En el otro lado de la batalla política los manejadores de la dialéctica conservadora parecen hacer esfuerzos por asemejarse e incluso dejar pequeño a este emperador de la verdad socialista. Si los lectores de esta columna pueden estar habituados a leer las críticas que me merecen la mediocridad y la desfachatez de personajes como Zaplana y Acebes deben saber que hoy sólo están ocupando lugares intermedios en la chabacanería política de su partido, a todo hay siempre quien gane y José Manuel Soria, presidente del PP canario, les ha sacado varios cuerpos de ventaja en esta carrera de insensateces.
Al señor Soria le ha sentado tan mal las detenciones de la banda de urbanizadores corruptos de su partido que gobernaban el Ayuntamiento de Telde que ha creído que lo mejor para él y su partido era echar la culpa al PSOE, que todo lo manipula (¿también la corrupción del PP?) a través del “aparato” del Estado y volver a sacar de paseo a los muertos del Gal para demostrar lo magníficamente puros, virgíneos y limpios que son ellos en comparación: “El Partido Socialista cuando ha gobernado si ha tenido que matar, ha matado.../... Y el PSOE cuando ha gobernado y ha tenido que secuestrar ha secuestrado." Mire, disparate por disparate me parece que hasta alguien tan horroroso como Pepiño sale ganando ante frases como éstas del señor Soria con las que sin duda pretendía distraer la atención de la corrupción.
De remate sale Aznar y declara: “Soy una persona encantadora y simpática». Joé, o me he equivocado yo de país o Aznar se ha equivocado de país. O este país se ha equivocado de Aznar. ¿Cómo puede creer que conoce un país quien no se conoce a sí mismo?

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