Palencia es una emoción:

02 diciembre 2007

Capbreton: Unos pobres diablos novatos e inocentes

ETA ha vuelto a matar y todos los ciudadanos hemos temblado y recordado tiempos de tormentas y tormento. Cuando el plomo era habitual en nuestros desayunos. Y sin embargo hasta hoy todo era posible en la política contra ETA. Por más veces que los asesinos habían buscado la muerte y la destrucción no había ningún muerto sobre la mesa de conversaciones. Si exceptuamos los dos ecuatorianos que Zapatero había amortizado tan rápidamente. Quizá porque eran extranjeros. Quizá porque ETA no buscaba su muerte. Y sin embargo hasta hoy todo era posible en la política contra ETA.

Ahora ya hay dos víctimas, ya hay dos familias llorando, probablemente haya dos mujeres desesperadas y unos hijos asombrados, que no saben lo que ha pasado pero papá ya no va a volver. Ahora ya nada es igual. Nada debe ser igual, no vaya a ser que dentro de nada nos digan que ETA tampoco quería estas víctimas, que la cumbre de la organización de asesinos no había ordenado estos asesinatos. Y nos jurarán ante el sagrado árbol de Guernica que esos chicos eran unos pobres diablos novatos e inocentes que no sabían casi por qué estaban allí. Pero se referirán a los asesinos. Que se pusieron nerviosos y mataron cuando no querían matar. Sin que nadie les mandara. Matar. Ahora ya nada es igual. Nada debe ser igual.

Pero a pesar de todo ello estos disparos en Francia deben marcar un antes y un después. Nada debe volver a ocurrir, nada del enfrentamiento habido en los últimos años al respecto de ETA debe volver a emborronar las primeras planas de los diarios. El acuerdo entre todos los partidos (todos menos PNV, que no tardará en volver a poner “peros” a las detenciones de etarras) debe ser firme y definitivo para ir por ellos.

Es la ocasión de que nuestros líderes nos demuestren que están ahí por algo, que nos hagan ver por qué son líderes (Del inglés: guía, el que va delante, aquel al que los demás siguen), que saben encabezar a un pueblo, su respuesta, su opinión y su fuerza. Hay que llegar a un acuerdo, desterrando el terrorismo como motivo de enfrentamiento. Ambos partidos deben sumirse en una profunda reflexión íntima y realizar una puesta en común de sus pecados. Y sacar las oportunas consecuencias y “meaculpas”.

Dice Zapatero que los autores serán “perseguidos, capturados y pagarán por ello”, algo en lo que hemos empeñado demasiados ministros del interior. Dilapidado, digo. Y sin embargo así debe ser ahora, ya se acabó el tiempo del acuerdo, el tiempo de la cesión y de la concesión. El intento fue bueno. Quizá. Quizá fue demasiado largo, demasiado trabajado y demasiado farragoso. Demasiado tiempo, demasiado empeño y demasiado esfuerzo. Además de que no podía ser era imposible y el Gobierno perdió sobrado tiempo en ello. Y malgastó orgullo inútilmente. El de todos.

Porque ETA ha matado aunque nos vayan a vender que no quería. Pero estos muertos son españoles. Y Guardias civiles. Nada es lo mismo, no todos los muertos son iguales. Al menos para Zapatero. Es la ocasión de que nuestros líderes nos demuestren que están ahí por algo, que nos hagan ver por qué son nuestros líderes (Del inglés: guía, el que va delante, aquel al que los demás siguen).

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