Palencia es una emoción:

26 mayo 2009

PP atov arohA

Esta mañana he visto una de las múltiples pancartas que de lado a lado de las calles cuelgan para pedirnos el voto. O para reñirnos si no votamos, no sé. El caso es que la he visto desde atrás y como la tela era trasparente yo veía más o menos lo que ustedes pueden leer como titular de este artículo. Y me parece que ése es parte del problema.

Me temo que a lo peor es que estamos haciendo las cosas al revés, que desde los políticos hasta el último votante (“último” en orden cronológico, naturalmente, no vaya alguien a decir que desprecio a no sé quién por no sé qué razón o condición) estamos haciendo las cosas al revés. Por ejemplo, se supone que estas elecciones son elecciones europeas, pero ¿hay algún elector que se lo crea? ¿Hay algún elector que piense en Europa al meditar su voto? Pero, claro, eso no es el error más grave, eso es una pequeña desviación de objetivos que no es la mayor equivocación…

La mayor equivocación es la de nuestros políticos, el error es suyo, pues plantean estas elecciones al revés, como la pancarta, para ellos sólo es una elección “nacional” más y en ese sentido plantean, proyectan y ofrecen su mercadería al votante. El error no es sólo superficial, que también puede serlo, sino que me parece consecuencia de otros errores de base que afectan a todo lo demás, a sus ofertas públicas y a todo lo que esconden debajo de la alfombra persa que nos enseñan como señuelo. El objetivo es sólo ganar, tener más papeletas que su rival en el capacho, la manera de conseguirlo es lo de menos y la finalidad es siempre un secreto a voces: no buscan nuestro bien, nuestro bienestar, nuestro progreso material y espiritual (no, no, no estoy hablando de Religión, lector) sino que buscan… ¿Qué buscan exactamente? ¿Satisfacer su ego por haber derrotado al rival? ¿Ser aplaudido por enormes multitudes cómo excelso líder de la patria? ¿Ser internacionalmente reconocido como Gran Timonel? ¿Pasar a la Historia como gobernante?

Porque si buscaran nuestro bienestar, el progreso de la sociedad o la justicia social no serían tan sectarios, tan intolerantes, tan egomaníacos, tan intolerantes con sus rivales, tan excluyentes con los que no son de los suyos. Ése, sí que resulta su mayor problema, ésa es la pancarta al revés que demuestra que estamos todos equivocados, que estamos viendo nuestros problemas desde el lado contrario.
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Que el futuro queda por delante, pero tenemos que saber de dónde venimos y por dónde queremos ir, no siempre ir de frente es mejor.

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