Palencia es una emoción:

29 octubre 2009

Si las bicicletas volasen en Palencia

En Palencia llevamos años dilapidando nuestro dinero en penosas obras municipales. A bote pronto me vienen a la cabeza pifias como aquel empedrado de la calle Mayor que hubo que eliminar y sustituir porque no había día en que no hubiese varias caídas sobre su superficie irregular, puntiaguda y molesta. Los gastos de tanta memez pueden pasar a los anales del despilfarro.

La pérfida reforma del parque del Salón, que convirtió un rincón exclusivo, personal e intransferible en un adefesio vulgar e impersonal, que tanto podía estar en nuestra ciudad como en Sebastopol o el Bronx, es otro ejemplo de torpe alcaldada contemporánea. Donde había un parque antiguo y romántico tenemos un parque futurista cuyo emblema es esa refulgente caja metálica que quieren pasar por templete y ese esqueleto metálico de nave industrial abandonada que algunos ingenuos llaman pérgola.

Y ahora le ha tocado al carril bici. Al calor del plan E (¿Esperpento? ¿Espejismo? ¿Estulticia?) y sus consecuencias Palencia tiene un carril bici, reflejo de la precipitación general de dicho plan y prototipo de despilfarro de las arcas públicas. Para quienes me lean desde fuera les cuento que el nuevo carril bici transcurre en medio de los cuatro carriles de una autovía que circunvala buena parte de la ciudad. Los dos carriles en cada sentido comunican los extremos de Palencia y constituyen sin duda uno de los lugares de mayor tráfico local.

Dicho carril bici está supuestamente protegido por unas barreras a modo de defensa, tan enormemente antiestéticas como inmesamente ineficaces. En dos ocasiones sendos vehículos han invadido el supuesto carril bici, sin que lógicamente las defensas hayan defendido nada ni a nadie. Nada, porque han cedido ante la virulencia de los accidentes y a nadie porque los cautos ciclistas saben por donde no deben circular. Incluso dicho carril se trunca bruscamente al cruzarse por arriba con el ferrocarril, espacio que permanece al aire, sin cubrir. Si las bicis volasen…

Además últimamente brigadas de empleados municipales están pintando groseras rayas blancas por las principales avenidas de la ciudad, señalando el nuevo camino de las bicicletas a la par que manchando nuestras aceras y coartando el paso de peatones que con frecuencia se ven relegados a espacios donde es casi imposible moverse.

Queremos una ciudad moderna y actual, pero no es esto. Se han equivocado y entre todos vamos a pagar lo que nadie va a usar. Sr Alcalde, a eso se le llama tirar el dinero. El nuestro.

No hay comentarios:

Seguidores del blog

Otros blogs míos.