Palencia es una emoción:

01 diciembre 2009

Belén Esteban como síntoma de España

Hace ya mucho que Belén Esteban representa sobre dos piernas la miseria moral e intelectual de España. Si un personaje cuyo cerebro aparenta ser del tamaño de un garbanzo se convierte en el centro de la vida social de un país es que ese país tiene cerebro de garbanzo. Y Belén Esteban va a presentar las campanadas en no sé que maldita cadena de telefollón porque va a producir unos réditos económicos a quienes la contratan, media España se romperá los morros por pillar plaza ante el televisor la noche de fin de año.

Si un personaje cuyas producciones intelectuales son de la riqueza de las de la Esteban es el centro de las neuronas de las comadres de un país es que ese país es como la Esteban: de pena. Da pena. No, no pretendo que contraten a Eduardo Punset para celebrar la nochevieja ni el año nuevo. Pero si un país otorga el triunfo social a series como “Sin tetas no hay paraíso”, “Escenas de matrimonio” y “Física o Química” y encima tiene como starlette endiosada a un personaje al que le cuesta Dios y ayuda encadenar cuatro frases seguidas, cuyo mayor mérito social fue encamarse con torero, es que ese país está en crisis social, cultural y personal.

El gran problema de personajes y países como los que estoy describiendo es que desconocen sus problemas. Están tan borrachos de seguridad, de autosuficiencia, su pobreza cultural y su falta de perspectiva es tan absoluta que nunca serán conscientes de su analfabetismo y sus carencias morales. Parte del problema de España es que ha derrocado los valores éticos que antaño tuvo entronizados sin haber colocado en las peanas laicas de nuestra hora otra escala que los sustituya.

La última vez que escribí sobre personaje tan ordinario y rudo sufrí estoicamente el contraataque de sus partidarios. Sin duda los tiene, no ocuparía en la parrilla televisiva el lugar que ocupa, ni su “caché”, galicismo usado para esconder la palabra “precio”, sería el que es si no tuviese legión de seguidores. Y exactamente ése es el problema de España, el número de cantamañanas que están dispuestos al combate para defender a su cantamañanas líder, lleve éste un nombre de futbolista multimillonario, el de una cantante de moda o el de una…, el de una… ¿qué coños es realmente esta mujer?

Porque esta mujer vive de sus escándalos, lo mismo que la España que la sigue devotamente, escándalos de vulgaridad y zafiedad, escándalos que denotan su falta de formación, de ética y de higiene mental. Como España en manos de un presidente que aprendió Economía en un par de tardes. No se me escandalicen, o España en manos de un presidente que nos llevó a apoyar una guerra ilegal, injusta e interesada.

Parece ser que al menos no le van a dejar dar las campanadas desde la Catedral de Santiago. Alguien queda todavía en España con sano juicio. Mezclar Santiago y su catedral con Belén Esteban es mezclar el jamón de Jabugo con la mortadela. O a Don Quijote con Filemón.

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