Palencia es una emoción:

21 diciembre 2009

Copenhague y Granada: La estulticia humana en primer plano


Hay ocasiones en que lugares muy distantes y asuntos inconexos encuentran en la memez humana un punto de enlace. Hay momentos en que el hombre dedica grandes esperanzas, grandes dispendios económicos y dilapida cuanto de sensato hay en él emparentando asuntos dispares que en principio no tendrían más conexión que la estúpida humanidad de sus perpetradores.

¿Cuánto ha costado la cumbre internacional de Copenhague? Ya no hablo de estimar el gasto económico que ha supuesto, que sin duda debe ser importantísimo y valoradísimo, sino cuánto ha supuesto de despilfarro de trabajo, de esfuerzo, de ilusiones. Y cuánta malversación de esperanzas. No tardarán en darse cuenta, pronto alguien descubrirá que esta reunión ha supuesto un consumo energético y una producción de contaminación mayúsculos, que eran los primeros objetivos contra los que se trataba de luchar.

Copenhague ha sido una mala broma, una muestra de la estulticia humana, de la cerrazón de algunos, me da igual quienes. El fracaso de todos los líderes mundiales, incluida la hermosa frase huera de Zapahuero, debe hacernos perder las esperanzas en todos los líderes mundiales. La energía consumida sólo en reproducir en tinta, en imágenes o en sonido la frase tonta de la semana zapateril es para preferir que Copenhague no hubiera existido, para desear que todo fuera un mal sueño. Nos han engañado, nos han llamado tontos y la cara que se nos ha quedado demuestra que tienen razón.

En Granada se vuelve a repetir la historia de la estulticia humana. Ahora andamos a ciegas, tentando el aire para buscar una salida en esta reunión de ciegos memos en que hemos convertido España. En que se han convertido los historiadores de España, quiero decir. A saber dónde andan los restos de Lorca, Jesús, qué empeño. Que les pregunten a los familiares y herederos.

Nos han mareado durante años con los restos del gran poeta, ubicándolos en diferentes sitios, volviéndonos tarumba con sus hipótesis, para encontrarnos ahora, después de tanto bombo, tanta prensa, tanta atención y tanta inmadurez política que sólo sabemos que no sabemos nada.

Grandes adelantos de la Humanidad se han llevado a cabo por casualidad, quizá incluso cuando se buscaba otra cosa o cuando alguien sólo trataba de entretenerse un rato. Este final de 2009 se distinguirá por la memez de quienes han protagonizado estos últimos fracasos. De quienes nos han mostrado, bien paladinamente, su incapacidad, de quienes ni por casualidad han obtenido ni la décima parte de sus propósitos. Ni por casualidad.

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