Me asombra la riqueza que puede
generar internet. Algún aspecto de internet. Y también que después de tanto
tiempo por fin la autoridad se haya decidido a meter mano a Megaupload, ese
atraco perfecto.
Compartir contenidos es una cosa
y regalarlos es otra. Todo el mundo es libre de compartir aquello que es de su
propiedad, pero compartir lo que no le pertenece suena obviamente a delito. Desde
luego yo no tengo ninguna intención de compartir el fruto de mi trabajo con
ninguna empresa que se lucre con el producto de mi producción literaria, pero
en la despensa tengo siempre algo para compartir con las cadenas de
menesterosos que desfilan ante mi puerta y las de mis vecinos en estos tiempos
dolorosos.
Se trata de cosas diferentes,
puedo compartir cualquier producto de imprescindible con aquel que lo necesite,
lo que pretendo es no regalar nada a quien debería esforzarse por lograr lo
mismo que yo o pagar por ello. Recibía con frecuencia correos de empresas
literarias que copiaban mis artículos y luego, graciosamente, me informaban de
las opiniones de los lectores. Cuando yo preguntaba con qué derecho enriquecían
su web con mi trabajo, y se enriquecían ellos con las visitas, el silencio era
toda la respuesta. Los lectores habituales ya conocen también las vicisitudes
pasadas con el Diario La Nación, de Chile.
Pero sólo soy un pobre
escribidor, el caso de autores de gran talla intelectual, músicos, cineastas,
es más claro y doloroso. ¿Quién puede dedicar su esfuerzo a crear belleza sin
recompensa? ¿Cómo crear un concierto si tienes que subirte a un andamio para
poder comer? ¿Quién se decide a dirigir una gran película sabiendo que después
se lucrarán personas ajenas con sólo colgarlas en una web y facilitar el acceso
a esa creación tuya?
Que no nos quieran confundir, hay
trabajos a disposición del público pero las grandes obras culturales son fruto
de una larga preparación, de una gran dedicación y de un generoso esfuerzo.
¿Cómo dejar sin recompensa a sus creadores y al mismo tiempo permitir que
saquen beneficio económico cuatro gandules?
Una simple mirada a los
periódicos del día nos permite apreciar el nivel de vida del que disfrutaban
los dueños de Megaupload… con el trabajo de músicos, directores de cines y
otros artistas. O la sociedad se decide a acabar con este expolio o será el fin
de la creación intelectual.
1 comentario:
Si, no esta bien que se haga rico asi, vale. Pero, por ejemplo, me hace gracia que Alejandro Sanz se queje desde su mega-mansion de Miami que no gana lo suficiente. No se que prefiero.
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