Palencia es una emoción:

24 diciembre 2009

Que se meta la navidad por donde le quepa

Parece mentira pero no conozco a ningún ciudadano de a pie preocupado por la permanencia o no de Díaz Ferrán en la presidencia de los empresarios españoles. No sé si usted, lector, es una excepción en el pueblo español y le quita el sueño este asunto. A mí me apena que se presente éste como uno de los grandes problemas de España.

Sinceramente, yo también puedo ser una excepción. Sí, me preocupa y mucho que se nos amenace con llegar a los cuatro millones y medio de parados en marzo próximo. Me preocupa, y mucho, que los políticos sean el tercer problema de España. Pero me preocupa más que los españoles sólo nos interesemos por los problemas económicos, con ser sumamente graves, que estamos atravesando.

No puedo dejar de pensar en aquellos que acaban de perder su puesto de trabajo. O que llevan meses buscando, sin hallarlo, otro nuevo. Sin trabajo no hay pan y sin pan no hay vida. Pero me molesta que los ciudadanos no veamos más allá de nuestras narices económicas. Nadie parece prestarle atención a la crisis de valores que estamos sufriendo, a nadie parece interesarle las modificaciones sociales que se están dando en nuestro mundo, todo lo que no sea dinero no existe, al parecer.

España se encoge de hombros cuando su propio presidente dice que el concepto de nación es muy discutible. ¡Su propio presidente! Nadie, salvo unas minorías eclécticas, parece discutir una ley de aborto que nadie echaba de menos. Los mismos diputados que apoyan los presupuestos de España reconocen que son malos para España. La corrupción de los políticos llega a extremos intolerables y a pesar de ello muchos de los corruptos más conocidos volverían a ganar la elecciones en sus propias circunscripciones. De la educación, de la familia, de la autoridad… ¿qué educación, qué familia, qué autoridad?

Perdónenme, quizá esté deprimido, quizá esté viéndolo todo negro, o quizá simplemente es que estoy de mal humor, a mí las navidades me ponen de mal humor. O quizá sea simplemente que uno de los políticos españoles más radicalmente laicistas, que ha cambiado de posición en las barricadas sociales situándose ahora en las filas profesionales de “Público”, ha tenido la osadía de escribirme para felicitarme la navidad. Manda cojones, ustedes me perdonarán. ¿Qué entenderá este paisano radicalmente anticlerical por Navidad? ¿Por qué siendo parte importante del periódico que más manipula, critica e insulta a los católicos me desea feliz navidad?

Sé que estoy mezclando dos asuntos que a la mayoría de los lectores les parecerán inconexos, pero me da la gana, velay, he dejado que mi cabeza fuera de un asunto al otro sin control. O a lo mejor que un ateo reconocido me felicite la navidad, es decir el nacimiento de Cristo, es culpa de la mezcolanza, también inconexa, de valores distintos y contrapuestos.

A lo peor es que no debería preocuparme de lo que no sale en los periódicos, a lo peor es que debería preocuparme de lo de Díaz Ferrán aunque yo no sea empresario, achacar el paro al odioso capitalismo y culpar de mi mal humor al furioso intervencionismo vaticanista y a la prensa amarillista.

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