Jamás he criticado la existencia del ministerio de Igualdad. Sí, aportando mis razones, las actuaciones a la vez cómicas y penosas de Aido, la ministra giliguay del PSOE. Es posible, admito sin rechistar las opiniones en contra, que el ministerio pudiera ser útil para conseguir determinados objetivos políticos que en opinión del Gobierno puedan ser importantes... en fin, admito las discrepancias de los lectores que sé van a ser muchas.
Pero Aido... Aido sobra, está de más, no pinta nada, es una ministra de cuota y no de calidad. Está porque tiene que haber de todo, para cumplir con las reglas internas y misteriosas del PSOE. De Zapatero.
Esta mujer es un despilfarro de dinero, una inutilidad manirrota, una incongruencia dedicada a dilapidar el dinero público en insensateces como esa del mapa del órgano sexual femenino. Su desconocimiento de la realidad y su deseo de dar la nota la lleva a disparatar con tal de que se hable de su cosa. De la cosa pública de la que ella se ocupa, quiero decir.
Ahora en su afán de notoriedad, en su estulta manía de disparatar, de desbarrar, de decir lo que sea con tal de que hablemos de ella... ha propuesto la inclusión de los estudios de género y la tradición feminista en la formación troncal que imparten las universidades, durante la inauguración de una jornada sobre igualdad y educación superior organizada por el PSOE en el Senado. Imaginarse a los futuros abogados, ingenieros, cirujanos dedicados a estudiar Feminismo es partirse de risa. Señor, Señor...
Zapatero, porfa, estoy seguro de que hay más y mejor materia prima en el PSOE.
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