No aprendemos, con frecuencia somos tan viscerales que promocionamos aquello que queremos atacar. Como acabo de contar en mi artículo de ayer lo de Esperanza Aguirre y la coordinada acción de algunas comunidades del PP sólo sirve para que los nacionalistas catalanes radicales se mantengan más profundamente en sus trece antitaurinas. Con Rosa Díez acaba de pasar... algo parecido. También en Cataluña.
Lejos de apoyar a la fiesta de los toros lo de Esperanza Aguirre afianza esa alianza entre ecologistas antitaurinos y nacionalistas. Como si los toros no fuesen propios de Cataluña en una u otra versión. Como si los toros fuesen una imposición de los “invasores” españoles. Basta que lo diga Madrid, basta que lo diga “España”, basta que lo digan Aguirre y el PP, “adalides del españolismo más rancio, uniformador y antidemocrático”, para que los ultranacionalistas se sientan autorizados, en la vía correcta y tengan la sensación de haber dado en la diana. Bien por doña Esperanza.
A Rosa Díez la acaban de promocionar sus enemigos más declarados, los mismos nacionalistas catalanes. Este estúpido y especialmente antidemocrático acoso al que los locos de la barretina someten a todos los conferenciantes que nos son de su cuerda le ha caído encima a la líder de UPyD. Eso, sin duda, le va a suponer recaudar unos cuantos miles de votos más, va a suponer la movilización de unos cuantos ciudadanos que si antes estaban mosqueados con tanto nacionalista descarriado ahora estarán cabreados y dispuestos a entregar su apoyo a quien tanto los irrita.
Sobre Rosa Díez y su partido descansa la esperanza de una regeneración de la política y de los políticos, muchos ciudadanos se olvidan de su programa electoral para ver en ella alguien que arregle “esto”. “Esto” puede ser muchas cosas, pero además de la catastrófica situación económica que cualquier día de éstos nos va a solucionar el presidente que aprendió economía en un par de tardes “esto” es el Estado de las autonomías, uno de los quebraderos de cabeza de varios millones de españoles. Y algunos de esos españoles han visto en la actitud de la parlamentaria un asidero del que colgar su voto, un asidero que no les ofrecen otros partidos.
Conste que quien esto escribe es de los convencidos de la vigencia de la España de la Autonomías, no así como es, despilfarradora y poco práctica, frentista y escasamente centrada en los problemas del ciudadano, sino reformada y al servicio de los ciudadanos, sin necesidad de inventarse nuevos problemas con los que justificarse. Pero esta parte del programa político de UPyD, que para muchos ciudadanos es razón suficiente, no debería esconder otras partes de ese mismo programa, que muy posiblemente esté a años luz de algunos de quienes aparezcan dispuestos a entregarle su confianza en las urnas.
Actuaciones como la de ayer de los demócratas de toda la vida que sólo toleran a los suyos sirven para fortalecer a su propio enemigo, darle alas, afiliados y votos. El contenido de su programa (aborto, economía, posición internacional) a muchos dará igual. Luego vendrá el llanto y el crujir de dientes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario