Palencia es una emoción:

10 mayo 2010

El segundo error de Aznar

Este columnista, que de zapaterista tiene poco, hace mucho que ha defendido que Rajoy fue el segundo error de Aznar, tras el apoyo impopular e injusto a la cruel guerra de Irak. El tercero fue la pésima gestión de los atentados terroristas del 11-M. Sí, claro, la torticera y tramposa reacción de la oposición de entonces y sus medios de comunicación ayudó también al cambio de gobierno.

España está pasando uno de los peores momentos económicos, que no es comparable a ningún otro reciente pues las crisis que hemos pasado anteriormente fueron muy diferentes en dimensiones a la actual. Y sin embargo Rajoy no consigue desplazar de las encuestas al PSOE; un mínimo punto y pico es toda la ventaja que lleva según la encuesta de la semana. Teniendo en cuenta que los españoles hemos decidido votar exclusivamente en función del peso de nuestro monedero sin tener en cuenta otros valores menos tangibles, es difícil entender este resultado después de las torpezas consecutivas que en la gestión está cometiendo un presidente que iba a aprender Economía en un par de clases. ¡Hasta su maestro pilló las de Villadiego!

Rajoy ha cometido numerosos errores, empezando por su deficiente comunicación, su pésima dicción y su excesivamente elegante distancia de los votantes. Sin duda los casos de corrupción de los que se ve acusado su partido y en los que no ha intervenido con decisión y rapidez, en los que se ha encogido, escondido y mirado para otro lado, le pasan una justificada factura.

Ahora nos ha contado que va a apoyar a su candidato en Valencia “diga lo que diga la Justicia”... ¿Ha pensado tamaña barbaridad? ¡Hasta Fraga le ha corregido! Se podría entender sin esfuerzo que estuviera seguro de su honradez, que le defendiera, que le diera ánimos, incluso que le apoyara.... ¡pero no a pesar de que “diga lo que diga la Justicia! Nadie está por encima de la Justicia, nadie puede organizar su futuro sin contar lo que la Justicia tenga que decir sobre sus actividades. Ni siquiera Rajoy, ni siquiera Camps, ni siquiera el PP.

La democracia interna de los partidos, todos ellos, es una de las más graves carencias de nuestro sistema democrático junto al sistema de listas cerradas y al bipartidismo institucionalizado. Si el dedo de Aznar hubiera dejado paso a los afiliados... ¿dónde estaríamos?
PD En el Comité Ejecutivo de hoy Rajoy se ha autocorregido y ha dicho que sus palabras fueron "desafortunadas". ¡Que pena que este hombre no se hubiera callado a tiempo!

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