Palencia es una emoción:

07 junio 2010

Un "NO" mayúsculo, estereofónico y con "sensurround" a los sindicatos

Que quede claro que yo no voy a la huelga de funcionarios. Como tal estoy llamado a la huelga en protesta por la rebaja salarial que Zapahuero nos va a hacer tragar. Mi ausencia o presencia va a ser indudablemente manejada por unos u otros como un voto a su favor. Que les den a unos y a otros, pero que no les den ni mi voto ni mi sueldo de un día. Ni mis impuestos, oiga.

Es la primera vez que voy a faltar en los últimos años a una huelga legalmente convocada pero voy a hacerlo consecuentemente con la situación penosa que hemos vivido en los últimos años. ¿O no eran estos mismos sindicatos, estos mismos sindicalistas, los que animaban a Zapa a gastar más y más aún a sabiendas de que la hucha estaba vacía y de que había que endeudarse para varias generaciones? ¿No eran estos que hoy protestan porque no hay dinero los que arrojaban titulares cada mañana contra la cabeza del gobernador del banco de España porque avisaba de la que nos estaba cayendo?

Y por el otro lado... ¿No es este mismo Zapatero el que nos dijo que la crisis no iba con nosotros porque estábamos en no sé qué primera división europea de fútbol? ¿No es éste el que se empeñaba en dilapidar millones de euros dándonos 400 a cada españolito en la declaración de la renta de hace un año? ¡De hace sólo un año, oiga usté! ¿No es este el presidente de Gobierno que ha arrojado por el vertedero decenas de miles de millones para hacer tapias nuevas a todos los cementerios de España, para hacer carriles bici innecesarios o para pintar las fachadas de los ayuntamientos? ¿No deberíamos haber ahorrado tanto dislate, tanto disparate, tanta mema generosidad en vez de gastarnos los millones que no teníamos, en vez de endeudarnos con países que cada día que pasa nos cobran más y más por sus  préstamos?

Soy consciente de que esa rebaja salarial viene impuesta desde fuera, por aquellos que son nuestros compañeros de viaje en la Europa monetaria; soy consciente de que Zapa se ha visto obligado a rectificar 180 grados su política económica; soy consciente, no sé si él lo es, de que se está contradiciendo rotundamente, de que o antes o ahora hace lo contrario de lo que piensa... o a cambiado su pensamiento político sin avisar a sus votantes y a sus conciudadanos.

Y todo ello fue, mientras fue, con el consenso sindical; esa alegría de la huerta que era el gobierno subvencionador, dilapidador y consentidor de alegrías económicas sin fin lo era con el contento sindical, con el apoyo de unos sindicatos que veían sus arcas rellenadas una vez más el mismo día que Zapa nos anunciaba que entre todos vamos a pagar sus desafueros. ¿Y ahora los que le apoyaban quieren lanzarme contra él y además cobrarme la soldada de un día por ello? ¡Que les den! Pero que no les den de lo mío, que me dejen marcar o no una casilla en esa declaración de la renta que acabo de hacer para que les pasen o no les pasen la parte alícuota de mis impuestos.

Zapa estará mareado de tanto dar vueltas en busca de una solución. Él no impulsó la crisis, que es anterior a él, pero calló interesadamente cuando todos avisaban de los problemas que aparecían detrás de la siguiente esquina del calendario. Calló artera y conscientemente y durante años dejó que los acontecimientos nos precipitaran al abismo, quizá esperando que se resolviesen solos, que pasase la tormenta por sí solita antes de las próximas elecciones. Él no inventó la crisis pero jamás movió un solo dedo para detener la bola de nieve que nos está pasando por encima.

No iré a la huelga mañana, pero que Zapahuero, el de los discursos tan poéticos como vacíos, no crea que es un voto a su política inepta. Simplemente es un "no" mayúsculo, estereofónico y con “sensurround” a los sindicatos manipuladores, egoístas y antiobreros. Con Zapa ya arreglaré cuentas en las próximas elecciones.

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