Con tal de saltar a la fama y que hablen de uno son capaces de cualquier cosa. Siempre que no haya que trabajar, digo. Y aquí pongan ustedes cualquiera de los nombres que salen en Salsa Rosa (O salían, no sé ¿Sigue existiendo ese programa?) o pongan a las señoras que salen (O salían, no sé ¿Siguen existiendo esos programas?) en las tertulias de marujas vespertinas en busca de una hija perdida o un marido fugado.
Les hablo de la jugarreta, poco original y copiada de los anticastristas de Miami, que Catalunya Radio ha pretendido hacerle al rey. Como ustedes saben un imitador de Artur Mas consiguió que Don Juan Carlos se pusiera al teléfono y charlar con él durante unos minutos para intentar que pronunciara el nombre del programa y hacerse un poquito de publicidad a bajo precio. Que ya no saben qué inventar, oiga usted. Iba a decir que la cosa es de muy mala educación y de falta de respeto, pero de pronto me he dado cuenta de que no iba a importar, de que no preocupa a nadie la educación ni el respeto, vaya, y que para éstos lo importante es que hablemos de ellos, aunque sea mal.
Lo que el palacio de la Zarzuela ha ocultado a la prensa en general pero este blog conoce en rigurosa exclusiva, genial primicia que ofrecemos a nuestros lectores, es que Don Juan Carlos es más listo que el hambre y que en realidad al imitador de Artur Mas no se le puso el rey, sino un imitador del Rey. De los dieciocho que hay en plantilla.
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