A veces la vida te ayuda a tomar
las vías que deseas tomar sin atreverte. Cuando la necedad se confabula en tu
contra y te cierra el canal por el que navegas habitualmente, la existencia te
ofrece de pronto, sin preguntarte, un inmenso mar abierto por el que en secreto
siempre deseaste transitar.
Se trata de escoger la decisión
que debiste tomar tiempo atrás, ésa que siempre merodeaba por tu cabeza y que
la confortabilidad que te envuelve te impedía tomar. Basta con dar un paso
lateral, basta con quitarte las anteojeras con las que nos edulcoramos la vida,
mirar alrededor y hacerte a un lado. Las posibilidades de desarrollo son tan
amplias como tu originalidad y tu habilidad te den a entender.
De pronto dejas aparte la
vulgaridad adocenada y pedestre, te olvidas de las brujas ulceradas que adornan
tu vida mientras amargan la suya... et voila, el futuro te sorprende con nuevos
retos, nuevas ilusiones y nuevas metas que ridiculizan irreverentemente a las
ordinarias, muy ordinarias.
Encontrar enriquecedoras vías de
escape es cuestión de habilidad, de imaginación y de saber escoger
elegantemente el momento oportuno, trocando de manera expeditiva las
limitaciones culturales y sociales que te acechan en asombro general, coronado
con bocas abiertas y olés mayestáticos. Das un giro a las circunstancias
memamente adversas y las conviertes por arte de birle birloque en novedad
ilusionante. La decepción de tus adversarios es de aurora boreal.
Es casi cuestión de magia, la
magia está en ti y en mí, conste; basta con saber encontrarla y desparramar con
generosidad e inteligencia sabiduría, buen humor y buen rollito, sustituyendo
con espectacularidad el entrecejo fruncido, los labios apretados y la mala
leche habituales por nuevos horizontes, nuevas esperanzas y tareas reconfortadoras.
Te sacudes el polvo de las sandalias y sigues adelante. El futuro es brillante,
al otoño inminente se le aguarda espectacular y la tarea será mil veces
seductora. La vida es bella, ya lo contaron otros antes y mejor que yo.
¿Y las brujas? Comiéndose las
uñas de los pies, ulceradas de mala leche, como ya advertí, enfermas de éxito
ajeno, sobrevolando en círculo los bajos de la fortaleza medieval donde viven
enclaustradas, de donde serán incapaces de salir. Para ellas es todo el Universo, igual
que la telebasura es el espacio infinito de las chonis.
A
veces la vida te ayuda a tomar las vías que deseabas tomar sin haberte
atrevido.
2 comentarios:
Siempre es un placer para mi, merodear por el humo de tu columna.
Esta entrada se me antoja un brisa de aire fresco para el futuro otoño que se acerca.
Saludos
Muuuchas gracias, Mari Paz. Y tus visitas son estimadas. Que se repitan mucho
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