Palencia es una emoción:

30 diciembre 2011

Limpiar a Urdangarín


 Un juez ha llamado a declarar al consorte de una heredera al trono de España. Hay que ver qué mala suerte ha tenido el rey con los yernos. Claro que le puede pasar a cualquiera. O con los hijos, también le puede pasar a cualquiera. En todo caso ésta no es la misma monarquía que nos habían vendido cuando éramos más jóvenes y empezábamos a votar.

Y todo por la familia política, Díos mío, con quién se casarán mis hijos, a ver si me la lían también a mí. Yo juego con ventaja, ni mis hijos ni mis yernos o nueras podrán utilizar mi buen nombre en beneficio propio. Más que nada porque nadie les iba a hacer caso ni a dar importancia. Las guías telefónicas están llenas de determinados apellidos, en cambio hay muy pocos que se apelliden Borbón y eso trasciende mucho a la prensa.

El juez ha dado el primer paso para meterle mano al cuñado del futuro rey de España. Es curioso, un vasco de familia abertzale es el que más ha hecho por la III república española. El caso es que la monarquía no ha salido indemne de todo esto y se está tentando la ropa a ver si le salpica algo de tan feo asunto. De momento el jugador de balonmano sólo tiene que declarar y no está acusado de nada. Pero me pregunto qué hará la princesa Cristina en el hipotético caso de que su excelentísimo marido sea llevado a juicio ¿Y si fuera condenado? Mira tú, ¿una heredera a la corona con un marido en chirona? Eso no puede ser y además es imposible. O prescinde del marido o de la herencia. Yo lo tengo claro, la corona pesa mucho y trae demasiados dolores de cabeza, es infinitamente mejor ser un simple mortal.

La monarquía se desgasta con el tiempo, todas pasan su annus horribilis. Algunas cada mil años y otras cada treinta y tantos. La Casa Real (¿Por qué se dice siempre “la Casa Real” y no se dice “El Rey” directamente? ¿Por qué el circunloquio?) reaccionó tarde y mal cuando exilió al yerno, la prueba es que España se ha llenado de chistes sobre la familia del rey. Alguien tenía que haber dado el paso de explicar claramente al pueblo qué pasaba y por qué pasaba. Un manto de limpieza en vez de un manto de dudas cubriría a “la Casa Real”.

No soy especialmente republicano ni especialmente antimonárquico, pero la monarquía española está cayendo presa de sus propias contradicciones. Se supone que están por encima de la pelea diaria, de la pelea política, de las peleas mundanas, pero sus hijos se divorcian o se casan con divorciadas o tiene maridos con actividades poco nobles. ¿Cómo era la frase utilizada en el comunicado real?

No quiero una tercera república mientras la impulsen quienes añoran la segunda, ese fracaso social, político y económico. Si ha de venir la república que sea de verdad la tercera, nunca una segunda Bis. El largo aplauso que las Cortes brindaron a Don Juan Carlos el otro día me recuerda episodios de la Historia Universal en los que los mismos que un día aplaudían al otro tiraban piedras. O de la soga, depende del país y del episodio.

Tendrán que limpiar a la monarquía los que quieran que dure, no sé si para ello será preciso exonerar a Urdangarín sin el más mínimo asomo de duda razonable (algo muy difícil de lograr) o meterlo en el trullo sin juicios ni mandangas. Quizá lo que hizo no sea ilegal pero fue muy feo, huele mal y pone en peligro la estabilidad de un país de más de cuarenta millones de habitantes. 

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