Palencia es una emoción:

05 febrero 2012

La educación en España, maldito problema


La sociedad española lleva décadas señalando las graves carencias que padece el sistema educativo. Cada nuevo gobierno, estamos viéndolo estos días, intenta abordar las dificultades sin que jamás se llegue a una solución. El problema se ha trasladado, como es lógico, de la escuela a la sociedad, que, en la medida que pasan las generaciones y se incorporan a la vida social y laboral, va cargando sobre sus espaldas las consecuencias del fracaso.

Sin duda las causas del problema son muchas, variadas por lo tanto serán las soluciones que hay que abordar y diversos los puntos de vista que habrá que tener en cuenta para poder encontrar la salida a tan dolorosa situación. No se trata simplemente de Educación para la Ciudadanía, ni de sus contenidos ni del nombre que se adopte para tal materia. No sé si es necesario, llegado este punto, aclarar al lector que no estoy hablando sólo de instrucción, trasmisión de conocimientos más o menos imprescindibles para la vida, sino también y especialmente de normas sociales de, anteriormente al menos, obligado cumplimiento para circular adecuadamente por el mundo.

La raíz del problema está, al entender de largos años dedicados a la educación de numerosas generaciones de estudiantes, en el planteamiento con que la sociedad aborda la etapa escolar. A mi torpe entender alguien ha dicho que los niños deben aprender sin esforzarse, sin molestarse y sin trabajar, que todo aprendizaje les será dado por la gracia de Dios (en los laicistas tiempos zapateriles en los que todavía estamos, y lo que te rondaré, morena, habría que decir que les será dado por la gracia del Estado progresista) sin que haya que sufrir mañanas de atentas clases, tardes de disciplinado trabajo y noches de sacrificado impulso personal.

La situación ha llegado a tal punto de absurdo que pedir a los alumnos sacrificio, lucha, aplicación, denuedo, trabajo y disciplina resulta algo desfasado, fuera de lugar, impropio. Decir que sin estudiar no se debe aprobar debería ser una obviedad que en España es preciso recordar. Qué franquista les resulta a algunos pedir disciplina, respeto y obediencia cuando sin embargo todavía resuenan en nuestros oídos las palabras de Rubalcaba pidiendo en una rueda de prensa que le trataran de usted, “señor Rubalcaba, quiere usted decir” dijo a un osado periodista. A ese punto hemos llegado, que un alto personaje de la nación, varias veces ministro y a la sazón candidato a la presidencia del gobierno necesitara demandar el correspondiente respeto.

Respeto y… disciplina, claro. Cuántas veces algunos padres, en ocasiones sin saber hacer la “O” con el culo de un vaso, se atreven a desafiar la autoridad de los profesores como si éstos fueran unos advenedizos o unos recién llegados a los que cualquier mequetrefe puede contradecir sin rubor. ¿Estos mismos padres contradirían al técnico que les cobra cincuenta euros por arreglarles la televisión o la lavadora?

En la actualidad el problema de la educación en España no reside en el modelo, en el procedimiento o en la ley educativa. Todo esto es importante y no hay que dejarlo de lado, pero no es lo prioritario. Lo primero de todo es recuperar la idea de que sin estudio no se aprende, la idea de que el esfuerzo se premia, de que no es lo mismo aprobar con un cinco que con un diez. ¿Pero cómo se cambia tan radicalmente la mentalidad de una sociedad acostumbrada al hedonismo y al dolce far niente? ¿Acaso aprender con esfuerzo no es franquista, troglodita y atrasado?

Ah, y también convendría convencer a quien sea menester de que los profesores son la autoridad educativa, saben tanto de educación y de niños como el correspondiente técnico sabe de lavadoras o televisiones y merecen idéntico respeto. Por lo menos.

4 comentarios:

Iván dijo...

Toda la razón. Quizas ese respeto pase porque no sea tan facil sacar magisterio. En los paises del norte (escandinavos espcialmente), es de las carreras mas duras que hay. Aqui en España cualquiera que le haga falta una carrera (cualquiera que sea) para promocionar, con mas ahinco en el funcionariado, van a por magisterio infantil, y la sacan casi como quieren...(te lo dice un antiguo alumno tuyo).

Pedro de Hoyos dijo...

Sí, hubo un tiempo en que había que estudiar, trabajar, investigar para sacar la carrera. ¡Cuántos trabajos tuve que realizar, cuántas experiencias docentes que realizar, cuántos meses de prácticas que explicar! ¿Ahora ya no es así? ¿Ya no es una profesión vocacional? ¿Sólo una manera de promocionarse?

Pedro de Hoyos dijo...

¿Alumno mío de dónde? Menos mal que no estudié magisterio infantil, ¿no?

Pedro de Hoyos dijo...

(JA, Ja, Ja, Ja, ay, que me parto!!)

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