Los españoles somos bichos raros,
únicos ejemplares de una especie que carece de congéneres más allá de los
Pirineos. Es algo que he repetido varias veces en un curso de español para extranjeros
que he impartido recientemente.
Déjenme empezar diciendo que
compartimos con casi todo el mundo la pasión por el fútbol y la selección
nacional, que los éxitos deportivos de nuestros deportistas nos hacen olvidar
los graves problemas por los que navegamos actualmente, lo que es altamente de
agradecer siempre y cuando pasados un par de días de estupefacción volvamos a
la realidad a la que nos condujo un presidente que no sabía de economía y de la
que no nos saca su inmutable sucesor. Que no se nos olviden las empresas
cerradas, las pensiones disminuidas, los mineros en huelga y el pago en la
farmacia.
Pero esa normalidad en los éxitos
deportivos hace más llamativo el contraste de nuestras anormalidades. La
bandera… miren si somos raros que no nos gusta la bandera, nuestra bandera, la
bandera constitucional, la que aprobamos entre todos, la que nos representa. O
sólo nos gusta cuando no nos representa políticamente, cuando la idea que
subyace detrás de ella no es la de nación sino cuando nos identifica como
forofos deportivos, hinchas calenturientos de un puñado de deportistas de
élite.
Porque muy pocos españoles la
usarían con la misma naturalidad con que la usan los franceses, los italianos o…
los jamaicanos, no digamos ya norteamericanos o daneses, auténticos forofos de
sus símbolos nacionales. Cuando en cualquier lugar de nuestro entorno, ese
entorno nuestro al que no pertenecemos, es normal exhibir con orgullo la
bandera nacional nosotros preferimos esconderla para que no nos llamen fachas…
porque llevar la bandera nacional en una prenda no deportiva es de fachas,
faltaría más. ¿A que a usted también le ha pasado?
Sólo exhibimos nuestro
nacionalismo con motivo de grandes éxitos deportivos. Ser nacionalista en
España está mal visto, es incorrecto políticamente. ¿Pasa en algún otro país? Sin
embargo estos días cientos de banderas españolas colgaban de ventanas y
balcones por toda España. Bueno, por casi toda. Miles de ciudadanos salían a
las calles gritando “Soy español, español, españooool”. Nunca en la historia de
España, Franco aparte, un español cometería tan gran insensatez con un motivo
político...
No pasa en ninguna parte, somos
un bicho raro que no se enorgullece de ser lo que es. O que prefiere disimular
y esconder su amor por lo que le es propio para que no le llamen facha. A no
ser que se trate de fútbol, evidentemente. Incluso si de fútbol se trata… hace
unos días cierta prensa afirmaba que la selección de Croacia (perdónenme si me equivoco
de equipo) se iba a enfrentar a “La Roja”. No dijo que “La Roja” se iba a enfrentar
a la selección “ajedrez” o “damero”. Croacia y “La Roja”, ¿no estaremos
intentando esconder algo?
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