Miren, no quería escribir hoy de
esto por no ser pesado y repetitivo, pero la actualidad y la fecha de hoy se
imponen y el dolor de los pecados cometidos por esta España que nos toca
padecer me lleva a desechar otros asuntos y hablarles de… Cataluña y las
autonomías.
El movimiento pendular en el que
históricamente se ve envuelta España (el mismo que nos ha llevado de jugar la
"Champions Lig" de la economía a jugar partidos de solteros
arruinados contra casados en apuros) nos ha dejado una España fracasada (o a
punto de estarlo si quiero ser prudente) en un terreno bellamente prometedor:
el de la descentralización autonómica.
Quizá todo se fue al garete en el
mismo momento de la Transición, cuando Adolfo Suárez impulsó aquel "café
para todos" que supuso la generalización del sistema autonómico, si bien quedaron
autonomías de primera y segunda. Los nacionalistas no aceptaron autonomías que
no fueran las que ellos dijeran ¿Qué era eso de que Murcia fuese autónoma?
¿Quiénes eran los murcianos -o pongan ustedes extremeños, por ejemplo- para ser
como los catalanes o como los vascos? Y eso les sentó mal, así no podía ser,
eso no estaba en su plan. Que todos jugaran con las mismas o parecidas bazas
era algo que no entraba en sus cálculos y a medida que otras regiones
conseguían nuevas trasferencias ellos iban radicalizando su posición. Sin final
hasta hoy.
Mucho consiguieron cuando UCD y
PSOE aceptaron dividir a Castilla en varias autonomías diferentes. Los planes
nacionalistas serían infinitamente más difíciles si hubiera existido una
Castilla con muchas provincias, mucha población y muchos diputados. España
consintió tan estúpida e inútilmente como tantas otras veces, creyendo que por
ceder "sólo esta vez y sólo un poco más" se aplacarían los planes
nacionalistas. Pero no terminamos nunca de ceder.
Ahí están, casi cuarenta años
después, nacionalistas extremos gobernando muy importantes instituciones
vascas; ahí están los planes de Artur Mas. ¿Qué ha conseguido España tantos
años y tantas cesiones después? Y, ustedes perdonen, lectores habituales, ¿qué
ha conseguido este jocoso invento llamado Castilla y León? No pinta nada
política, económica o culturalmente en esta España eternamente protectora… de
los más fuertes.
Cuatro de cada diez españoles
quieren acabar con el sistema autonómico. ¿Pendulazo otra vez? ¿No habría una
solución intermedia entre dejarlo como está y echarlo todo abajo?
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