Palencia es una emoción:

18 octubre 2013

No me pongan las rayitas

Es bonito que en la sociedad se instale un debate público y se confronten posiciones con respeto y claridad. Dejarlo todo al debate de los partidos es dejar que la ideología influya en un debate que le es ajeno, un debate cuyas decisones deben ser propias del sentido común, sin partidos ni banderías. Que el ciudadano común opine y actúe sin influencia partidaria no es frecuente. Lamentablemente.

Les hablo del debate sobre las bicis en la ciudad, especialmente en la calle Mayor. Soy parte de ese debate, soy ciclista urbano y acabo de cruzarme con una banda de golfos subidos en bici que a gran velocidad han ocupado dos carriles de la avenida de Valladolid, haciendo un giro prohibido al llegar a San José y ocupando al mismo tiempo los dos lados de la calzada y la acera. Bestias.

Quizá debatir sobre la presencia de las bicis sea innecesario, quizá deberíamos centrar el debate en los insensatos. E insensatos los hay al volante, al manillar y a pie. Cada año se venden más bicis en España, el año pasado se han vendido más que coches. Las bicis se van a imponer como se han impuesto en muchos países adelantados, modernos y eficaces.

Leo que hay quien quiere volver a pintar en las calles aquellas horrorosas líneas por las que Heliodoro Gallego fue tan dura y acertadamente criticado. Pintarrajear las calles no se convierte en algo bueno con el paso de los años o con el cambio de gobierno municipal, sigue siendo una patochada tercermundista. Y sin embargo hay que facilitar la circulación de las bicis por las aceras más anchas de la ciudad. Se puede señalar la franja que se crea conveniente, por el exterior de la acera, con líneas de baldosas de diferente color, por ejemplo.

Impedir la circulación de bicis por la calle mayor a determinadas horas, precisamente cuando más necesarias son, es un atraso, debe haber otras maneras de hacerlo sólo cuando los peatones la ocupen masivamente. Piensen, que es su trabajo.

Las bicis no tienen peligro, sino los malos ciclistas, inconscientes y abusadores. Pero también los hay al volante y se les persigue, identifica y multa. Pues a ello con los malos ciclistas, caramba. Pero no me pinten las rayitas de don Heliodoro.


Señores concejales: no pueden poner puertas al campo, en sus manos está adelantarse a los tiempos o dejarse arrastrar por ellos, pero lo de las bicis va a más. Hubo un tiempo en que los coches eran señal de progreso, ahora lo son las bicis. Pero sin las rayitas, oiga.

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