Los barones del PSOE han puesto una seria condición a Pedro Sánchez para pactar con Podemos: Olvidarse del referéndum en Cataluña. Como si lo demás no importase, como si el PSOE, y con él España, pudiese entregarse al sexo bolivariano con Pablo Iglesias.
El referéndum que pide Iglesias para Cataluña es un referéndum para la secesión, apoyada, no lo olvidemos, por Ada Colau. Los que piden un referéndum lo hacen siempre para cambiar las cosas, nunca nadie pide un referéndum para dejarlas como están; es pues, quiérase o no, un referéndum para la independencia. García Page o la presidenta de Andalucía tienen el coraje de ponerle freno a la vehemencia juvenil e impertinente de Pedro Sánchez.
Pero parece que es el único obstáculo que los socialistas con poltrona encuentran en Podemos. Parece como si todas las doctrinas, fuesen las que fuesen, son aceptables para los socialistas con tal de gobernar. Y hablamos de doctrinas económicas que han llevado a Venezuela al subdesarrollo actual, a sus supermercados vacíos. Y hablamos de doctrinas políticas que han llevado a Venezuela al enfrentamiento actual, a un presidente en chandal que encarcela a sus opositores, que protege etarras, que amenaza al Parlamento recién elegido. ¿Todo vale, señores socialistas, incluso la falta de democracia, la falta de libertad, con tal de gobernar?
Hay alguna misteriosa razón por la cual el PSOE no combate a Podemos con los numerosos videos antidemocráticos disponibles de Iglesias, Errejón y compañía. Yo tengo predilección especial por uno en el que Iglesias pide una ley que "regule" la prensa privada. Pero más allá de querer instaurar la censura (¡¡¡Franco, Franco, Franco!!!), hay material suficiente para mostrar al votante el carácter dictatorial, leninista y antidemocrático de estos neocomunistas. La prensa mayoritaria lo oculta, por interés partidista o por miedo, pero que el PSOE parezca no darlo importancia y querer pasar por alto estos pequeños detalles con tal de acostarse con gentes que le están cavando la tumba es difícil de entender. Tal vez sea que al PSOE le va el sexo duro. El sexo rudo.
Ah, ya, no, no. Que no, que los neocomunistas no se han hecho socialdemócratas de la noche a la mañana, que no. Que yo les hablo del estos chicos fuera de temporada electoral, de cuando eran de verdad, de cuando manifestaban sus intenciones, no de cuando nos edulcoraban su programa con tal de timarnos el voto. Los socialistas, como todos los partidos, saben que una cosa es el programa electoral y otra la realidad. Parece que las amenazas a la integridad de España les preocupan, pero no las amenazas a la democracia, a la libertad y a los derechos humanos. A lo peor es que por ser amenazas de izquierdas les parecen menos amenazas y más disculpables...
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