Les confieso que ningún año veo
el discurso real, tampoco éste. Creo que el discurso real de Navidad debería
hacerse en otra fecha, desde luego el momento no puede ser más inoportuno, con
las chuletillas de lechazo en el horno y los niños del vecino dando por donde
amargan los pepinos.
También dudo mucho de su objetivo
y de su eficacia. Esa charla seria e institucional es casi todo el poder que la
constitución da al rey y no puede hacer mucho más. Así que ustedes perdonen si
lo critico de oídas, es decir, vía tuiter (@pedrodehoyos ), vía la barra del
bar de aquí al lado o la pesada cháchara del taxista de esta mañana. O la televisión de la sorda de mi
vecina.
Qué quieren que les diga, oyendo
y leyendo a quienes lo critican estoy seguro de que fue un gran discurso. Si uno
escucha a los nacionalistas el discurso debió ser cojofenomenal, pues andan bastante
alterados. ¿Esperaban que el rey de
España no defendiera la unidad de España? A lo mejor muchos españoles habrían
deseado que el rey se implicara más y hace más tiempo, pero me temo que el
papel de la corona es poco más que decorativo. Para el bien de España.
La ignorancia de muchos rufianes
y podemitas les lleva a criticar la ostentación, el lujo y el mantenimiento del
palacio real como si fuese la casa del rey. Como si ésa fuese la casa del rey. Como
si el presidente de la república (española, francesa, rusa) viviese en un piso
de alquiler en una barriada. Casi estoy por desear el ascenso de Pablo
Iglesias, a ver si sigue viviendo en Vallecas. Sábese bien que la razón existencial
de muchos podemitas es la venganza.
Criticar el lujo del Palacio Real
y el gasto que implica es como criticar el lujo de Versalles o del Kremlin, algo
propio de quienes tienen los ojos vendados por el interés y el sectarismo. El
Palacio Real es patrimonio de todos los españoles como el Castillo de la Mota o
el museo del Prado, es fruto de nuestra historia, en la que para bien o para
mal participaron nuestros antepasados. Sólo la manipulación de la realidad acontecida
hace siglos, algo propio de nacionalistas excluyentes y neocomunistas bolivarianos,
puede llevar a encontrar la menor crítica en el escenario escogido, que en
definitiva pretendía también ser una crítica a la deriva de España. De los
políticos españoles.
Suena extraño que personas cultas
se dejen manipular por esas distorsiones, suena raro que personas cultas pretendan
manipularnos con esas distorsiones. Sin embargo estamos acostumbrados a que
pretendan ocultarnos que Cataluña jamás fue independiente, a que pretendan convertir
en catalanes a Colón o Cervantes o a que pretendan ocultar que el tamborcillo
del Bruch luchaba por España y no por la independencia de Cataluña. Si es que
realmente existió.
Ciertamente mantener el Palacio Real
debe costar un riñón, como también el acueducto de Segovia o la basílica de mi
pueblo, la iglesia más antigua de España, pero no creo que sea más caro que
mantener el palacio del Eliseo, el Coloseo romano o el Partenón. Otra cosa es
que vengan políticos a comernos el coco… y que algunos se dejen.
Permítanme repetir algo que ya he
dicho en este blog más veces, yo sería republicano si no fuese por los
republicanos, si se trata de distinguir entre monarquía o república quiero que me
pongan ejemplos: ¿República Francesa o República del Congo? ¿Reino de
Suazilandia o Suecia?
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