El ayuntamiento de Palencia se ha adherido a los principios que marcan la Semana Europea de la Movilidad, promovida por la Unión Europea y respaldada por el Ministerio de Medio Ambiente. Las correspondientes actividades se celebrarán mañana jueves 22 con el objeto, y cito textualmente a la concejala de Tráfico, Paloma Rivero, de “concienciar a los palentinos sobre la necesidad de ir introduciendo cada vez más en nuestras rutinas de desplazamiento la bicicleta, en lugar del vehículo a motor”. Para ello el ayuntamiento va a cortar el tráfico rodado de 7 a 17 horas en el “Paseo de la Julia”, cediendo su uso a viandantes, ciclistas y trasporte público”.
Este que les habla, su seguro servidor, a quien tan pacientemente aguantan todos los miércoles, es un incondicional de la bicicleta como medio de trasporte urbano. No soy ningún funambulista adolescente ni un titiritero marginal, soy alguien maduro, seguramente demasiado, aceptablemente moderno sin exagerar y con una vida y unas convicciones más bien clásicas. Por eso, precisamente por eso, uso la bicicleta en mi vida cotidiana para desplazarme por Palencia, una ciudad ideal para la bici. Una ciudad plana, con los extremos norte y sur demasiado lejos del centro para nuestro tamaño, sin barreras arquitectónicas es ideal para eliminar todo ese tráfico molesto, contaminante y enervante. Palencia es una ciudad ideal para “introducir en nuestras rutinas de desplazamiento”, como dice la concejala, “la bicicleta en lugar del vehículo a motor”.
Pero eso no se consigue, lamentablemente, con celebrar un día al año, con cerrar al tráfico un paseo marginal, “marginal” en la más auténtica acepción de la palabra. Va a quedar muy bonito, a poco que el tiempo acompañe se juntarán un montón de palentinos que tendrán a su disposición el Paseo de la Julia durante diez horas. Y sanseacabó, oigausté, hasta el año que viene. A otra cosa, mariposa. Cumplido el expediente Palencia volverá a lo de siempre.
Y lo de siempre son ciclo raíles que no llevan a ninguna parte, imposibilidad de acercarse en bici al centro y a las zonas comerciales, y lo de siempre es que volveremos a coger el coche para dejarlo en zona azul y reforzar las arcas municipales, mientras los ciclistas volveremos a tener que ir por las anchas aceras de las avenidas con el riesgo de toparnos con una farola, una señal, o, Dios no lo quiera, un peatón. No, no estoy hablando de todas las aceras, claro que no. Las aceras son para los peatones, claro. Pero si esta iniciativa, repito, promovida por la Unión Europea y respaldada por el ministerio de Medio Ambiente y nuestro Excelentísimo Ayuntamiento, si esta iniciativa es algo más que una equis en la casilla de expediente cumplido el ayuntamiento habrá de hacer algo más los restantes 364 días del año. Hay tanto por hacer…!
Repito que las aceras son para los peatones, pero se puede ordenar la convivencia, quiero decir “poner orden” en la convivencia. Hay algunas aceras, e insisto en el indefinido para que nadie se me eche encima, con suficiente capacidad para un carril bici… un carril bici que no muera en la esquina siguiente, que lleve a los sitios donde los palentinos van después de dejar su coche en la zona azul o en los aparcamientos privados… que lleve donde vamos todos.
Y hacen falta aparcamientos para las bicis, ¿se ha fijado la concejala, en cuántas bicis hay atadas en farolas, en bancos, en señales de tráfico, en rejas de comercios cerrados? Carriles bici y aparcamientos es ayudar a introducir la bici en nuestras rutinas en vez del vehículo a motor y lo demás son mandangas. Celebrar lo que se va a celebrar mañana está bien si no se queda en eso, si detrás hay una labor de convencimiento, de concienciación, de culturización de la sociedad, de cambio de criterio social, si se nos permite a los ciclistas urbanos, tan ciudadanos como los demás, huir de los peligros del tráfico rodado en los que un coche te puede mandar al escaparate de enfrente de un solo soplido.
No soy ningún radical, ningún extremista anticapitalista, (les juro que una vez me lo llamaron y nos acusaron a los ciclistas urbanos de querer acabar con la industria automovilística, pobrico de mí) sino una persona adulta, medianamente seria y sensata que paga sus impuestos y que ve con envidia, con envidia cochina, pecaminosa incluso, cómo esto que digo se ha llevado a cabo en una ciudad tan lejana geográfica, social y culturalmente como Burgos. No, no estoy hablando de Amsterdam, Milán o Berlín. Solo reivindico la europeización de Palencia al nivel de Burgos, ¿será mucho? Y una última cosa, en las pasadas elecciones locales no oí que a ningún partido político este asunto le importara un pimiento.
Y si quieren más guerra en tuiter me tienen a su disposición. @pedrodehoyos se despide hasta la semana que viene, si todo va bien.
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