Después de los años que llevamos sufriendo los actos
vandálicos de nuestros políticos muchos creemos que hace ya tiempo se tenía que
haber puesto punto final. La más poderosa razón del nacimiento y crecimiento de
Podemos es el robo descarado que el PP ha llevado a cabo en toda España. En
casi toda.
Y sí, sé que no solo el PP, que también otros han robado
y no han pisado la cárcel, lo sé y en realidad eso pienso yo también, pero no
me digan que una de las razones del nacimiento y auge de los bolivarianos ha
sido el robo del PSOE en Andalucía o el 3% de Cataluña. La realidad es una cosa
y las mentes que parieron Podemos son otra.
Pero en cualquier caso hace tiempo que los españoles,
cualquiera que se sienta medianamente orgulloso de serlo (no más que un
tailandés, un ruso o un canadiense puedan sentirse orgullosos), debería haberse
subido a los estrados públicos y haber denunciado sin cesar la situación de
inmoralidad en que nos estaban sumergiendo. El caso "Soria", que se
ha convertido en el caso "de Guindos", es el ejemplo más reciente y
notorio de que esa inmoralidad les importa un comino.
Contra ese caso inmoral alzó la voz, en su honor hay que
decir que fue una de las primeras voces, la vicepresidenta de Castilla y León,
ese estúpido invento de Martín Villa para que no existiera Castilla y
satisfacer así a sus amigotes nacionalistas. Rosa Valdeón planteó muy
claramente y sin tapujos la inmoralidad y la inoportunidad del nombramiento. Lo
de la inoportunidad lo digo puesto que el PP parecía haberse convencido, obligado
por su acuerdo con Ciudadanos, de la necesidad de la regeneración. Si Soria no
valía para ministro de España tampoco podía valer para representarnos en ningún
organismo internacional.
Ahora la Guardia Civil ha pillado a Rosa Valdeón
conduciendo y "rompiendo" el alcoholímetro
en el que marcó 0,77 en la primera prueba y 0,72 en la segunda, cuando los
máximos permitidos son de 0,25 mg/l en aire espirado y 0,5 g/l en sangre. Rosa
Valdeón debe dimitir porque es una líder de la sociedad, "líder"
significa "el que va delante", al que todos miran, al que todos
siguen y del que todos deben tomar ejemplo. Por eso debe dimitir, aunque ella
aduce en su defensa que todo se debe a un ansiolítico y dos cervezas. Ella misma
habla de que los políticos tienen un deber de ejemplaridad. Pues a predicar con
el ejemplo, señora mía, aunque conociendo el percal sé que toda la prensa de
Castilla y León, especialmente la domesticada televisión regional, saltará en
su defensa.
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Dimitió, la palabra camina con el ejemplo. Bien hecho, entonces.
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Dimitió, la palabra camina con el ejemplo. Bien hecho, entonces.
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