Palencia es una emoción:

21 noviembre 2016

El himno de España (y también el italiano)

Hace tiempo, buscando informaciones sobre Italia, encontré en You Tube un video de Riccardo Muti, el famoso director de orquesta transalpino. Era aquella una magnífica versión de “Va pensiero” en un teatro italiano... en la Italia de Silvio Berlusconi. El público escuchó con el máximo respeto la interpretación del que a veces se considera segundo himno italiano y después, en un estallido de júbilo y emoción, se puso de pie y empezó a aplaudir henchido de emoción. En momento dado un espectador gritó un “Viva Italia” coreado por los asistentes.

Unos minutos después, cuando los aplausos se apagaron, Muti se dirigió dulce y delicadamente a los asistentes manifestando su acuerdo con aquel “Viva Italia” pero al mismo tiempo  demandando una Italia patriótica, claro, pero en la cual la cultura fuese parte de los fundamentos de la patria. En caso contrario, en su opinión, Italia sería realmente “bella e perduta”, como dice  la letra del famoso coro de Verdi. Después, tras algunas palabras contra el gobierno, y siempre de cara al público, dirigió el bis que se le había pedido. Los espectadores, de pie, cantaron con profundo sentimiento las famosas estrofas de este segundo himno, mientras desde lo alto algunos espectadores arrojaban confeti. La emoción hecha papel de colores.

En mi opinión, los hombres estamos hechos de emociones y pragmatismo. Somos la emoción de la patria, la emoción de los héroes y de los himnos e imágenes que nos representan, pero somos también pan y casa y un trabajo digno y estable. Y de esto los españoles sabemos mucho, nuestros políticos se ocupan de hacérnoslo saber.

No hay, que yo sepa, otro país donde la nación sea siempre puesta en tela de juicio, donde la unidad sea siempre cuestionada, donde los gobiernos nos digan con desfachatez que la idea de nación es discutida y discutible. España y sus 500 años en común son una duda histórica, una inconsistencia permanente; nosotros no solo tenemos un himno o una bandera, sino dos. Y no se trata de dos banderas o himnos complementarios, como en Italia, sino rivales, enemigos. Sería el momento de preguntarse si como ha cantado Antonio Machado no hay una sino dos España. Ambas dispuestas a helarnos el corazón.

Y soy muy consciente de que durante mucho tiempo la idea, la bandera y los símbolos de España han sido utilizados por media España contra la otra media, por eso algunos partidos los ven con recelo o directamente los repudian, de manera que estar medianamente orgulloso de ser español es visto por algunos fanáticos como la quintaesencia del fascismo. Desde mi orgullo de ser castellano, esa antigua nación, estoy orgulloso de ser español, tanto como los franceses, los senegaleses o los tailandeses pueden estar orgullosos de sí mismos. 

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